El viaje de 1.200 km desde Cataluña a las playas de Galicia de las máquinas quita pellets

Una empresa de Girona dona dos carretillas con un sistema eléctrico de cribado diseñado para las pistas de tenis de tierra batida y que se probarán este fin de semana en las playas

íñigo Landa

Santiago - Publicado el - Actualizado

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Cuando se cumplen dos semanas desde que se advirtiera de la llegada de la segunda oleada de pellets de plástico a las playas de Galicia, tras la primera de mediados de diciembre, si hay algo que se ha puesto de manifiesto es la dificultad para retirar las pequeñas bolas de plástico de la arena, sin dañar los demás restos naturales como algas, en las que en muchas ocasiones vienen enmarañadas.

Un trabajo casi manual en el que tanto los operarios contratados por las administraciones como los voluntarios, han ido ideando sistemas más o menos efectivos: desde aspiradores mecánicos, a cepillos con los que se "barre" la parte superficial de la arena, depositando los restos en un barreño con agua para que la arena se precipite al fondo y los plásticos floten, o bien cribando lo recogido con cedazos de menor o mayor tamaño, lo que supone un esfuerzo enorme. Más despues de que las fuertes lluvias caídas esta semana hayan provocado que la arena esté empapada.

Fue precisamente ver en televisión cómo se realizaban estos trabajos de cribado en las playas de Galicia lo que despertó la atención de un matrionio catalán, dueños de la empresa Ar-Gam en Girona y que este pasado verano ideaban un sistema mecánico para cribar la arena de las pistas de tenis de tierra batida.

Y que denominaron carrecrí, iniciales de carretilla y cribado, ya que está compuesto por una carretilla de obra horadada en su fondo y un cedazo conectado a un pequeño motor eléctrico, lo que permite cribar de forma mucho más rápida la tierra de las pistas de tenis, dejando caer la tierra al mismo tiempo y que podría facilitar muy mucho la retirada de pellets de plástico.

MÁS DE MIL KILÓMETROS DE VIAJE PARA TRAER LOS CARRECRÍ A GALICIA

"En cuanto vimos cómo se estaba limpiando en las playas de Galicia, nos dimos cuenta de que teníamos en el garaje un sistema que podía funcionar y, nada más mirarnos a los ojos, yo ya estaba haciendo la maleta", nos cuenta Vanessa Sagués, dueña junto con su marido de la empresa catalana Juan Ariza S.L. y que no dudaron en cargar los dos carrecrís que tenían en una furgoneta y ponerse en camino para hacer los 1200 km que separan Girona de la costa de Galicia, a donde llegaban hace un par de días para entregar una de las carretillas al Concello de Ribeira y la segunda a la asociación de voluntarias Noia Limpa.

Una de sus responsables, Dayana del Puerto, no ocultaba en Mediodía COPE en Galicia su agradecimiento hacia Vanessa y su marido "porque toda la ayuda es poca ya que no tenemos material y lo que tenemos no sirve para limpiar los microplásticos, que es mucho más difícil".

Y más cuando comprobaron la efectividad del sistema por lo que no duda en reconocer que "pensé que nos habían venido a ayudar unos ángeles", a pesar de la sorpresa inicial porque "no tiene que ser fácil recibir la llamada de unos frikis" después de que Vanessa y su marido preguntaran a vecinos y en los bares de Noia y les hablaran del colectivo Noia Limpa, poniéndose en contacto con ellas a través de Instagram, tras lo que se produjo la entrega del carrecrí "que ya vamos a probar este mismo sábado", reconoce Dayana.

Trabajo que Vanessa y su marido no van a poder comprobar in situ, ya que emprenden la vuelta a Girona con 1.200 km por delante pero con la satisfacción de "haber sido recibidos con los brazos abiertos" y agradecidos "por comprobar que este esfuerzo no ha sido en vano".

Que, bien sea o no efectivo el sistema automatizado de cribado del carrecrí, sólo el gesto de haberse desplazado desde Cataluña a Galicia ya merece el reconocimiento y la aportación de este matrimonio catalán al enorme esfuerzo que queda para retirar el vertido de pellets de plástico de las playas gallegas.

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