Un gaditano hace el Camino de Santiago y lo que le pasa al llegar a la Catedral le hace replantearse su viaje
2024 es año de récord en los Caminos de Santiago. Hay quien no teme al invierno y prefiere echarse a caminar en los meses más fríos para disfrutar de más tiempo con uno mismo
Santiago - Publicado el
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Casi medio millón de personas han venido caminando a Santiago de Compostela este año.
Casi medio millón de peregrinos en lo que va de 2024. Esa cifra quita el hipo, pero las rutas jacobeas ya firman estadísticas impresionantes desde hace tiempo. Cada año el Camino se supera y pulveriza los récords anteriores. Nunca habían llegado tantos peregrinos como en este 2024 y siguen llegando.
El tiempo otoñal, casi invernal, no frena a quien decide calzarse las zapatillas. Si bien, por razones obvias, los números diarios han bajado, apenas 150 peregrinos por día se acercan a recoger su Compostela a la oficina de la Calle Carretas de la capital gallega. En verano estas cifras se multiplican más de 10 veces.
¿Quién decide peregrinar en los meses de lluvia y frío? Pues aquellos que van buscando calma, menos gente en los caminos, mayor soledad y paz.
ALBERTO, CON EL ROSARIO EN LA MANO
Alberto es natural de Cádiz. Es la segunda vez que hace el camino. La primera fue desde Sarria. Reconoce que, entonces, fue cómodo. Esta vez, Alberto partió de Tui, el camino portugués. Lo hizo solo, por temas religiosos y personales: "La verdad que muy tranquilo. Los peregrinos pocos que me he encontrado, muy cordiales. A nivel espiritual me hace meditar muchísimo. Sacrificio también porque me ha cogido de todo, viento, agua, lluvia... Pero me llevo de todo, buenísima experiencia. Merece la pena, la verdad".
Su idea era poner el broche asistiendo a la misa del peregrino, pero llegó a las puertas de la Catedral cuando sonaban las campanadas de las doce, así que ya no pudo entrar porque empezaba el oficio. Alberto ha decidido aplazar a mañana el viaje de vuelta a casa, para poder acudir a la misa por la tarde. "Me voy a quedar, porque no quiero irme con esa espina".
Alberto dice que el camino "te llama". "Ahora no me doy cuenta del todo el sacrificio que he hecho, pero hay etapas que son duras..." En su cabeza planea ya el próximo camino, que volverá a ser, casi seguro, él solo.
Sola también llegó estos días a Santiago Carla. Vive en Barcelona y peregrinó desde Oviedo.
En su caso, quiso acabar la ruta después de varios intentos.
El Camino le ha servido para esa desconexión vital que todos necesitamos: "No me he encontrado mucha gente. La verdad es que ha sido de estar en la naturaleza y conectar con otras cosas a las que no estoy acostumbrada. En Barcelona es todo más frenético". Con una sonrisa de oreja a oreja, tras haber completado los kilómetros, Carla no se arrepiente de haberse puesto a peregrinar en diciembre. En Compostela, a los pies de la catedral, la aguardaba una amiga con la que continuarán ruta hasta Fisterra.
ellos forman parte del puzzle de las peregrinaciones a santiago
Aquí, en la meta, nos encontramos también a Carlos. Vive en Madrid y vino haciendo la ruta por Monforte de Lemos. Es la cuarta vez que hacía el Camino. Viene siempre en invierno y peregrina una vez al año: "Todos los inviernos porque me gusta. Me gusta hacerlo solo. Es otra manera de hacerlo. Yo me suelo reservar unos días para hacerlo y no es una época transitada, así que no he coincidido con casi nadie".
Y a veces, la peregrinación es el inicio de nueva vida en sentido literal. Así lo decidió Nicolás, que acaba de llegar a Santiago después de casi tres meses recorriendo, completo, el camino Francés. Decidió plantarlo todo en Algeciras, donde asegura que tenía hasta un trabajo fijo, para empezar de nuevo. Asegura que "se lo mandó Dios". El primer sello de su credencial, el 12 de septiembre, es de Saint Jean Pied de Port
Los ahorros con los que salió de Algeciras se fueron reduciendo desde entonces, así que para llegar a Compostela fue cogiendo algún trabajo eventual a lo largo del camino. Ahora, espera encontrar una oportunidad aquí para poder afrontar el siguiente reto que se ha marcado: "quiero peregrinar desde aquí hasta Roma". Hasta primavera se quedará en Santiago, ahorrando todo lo que pueda, para ponerse nuevamente en camino y llegar a la plaza de San Pedro antes de que termine el año jubilar de 2025. Trabajó como vigilante de seguridad, camionero y hasta sacristán, así que Nicolás confía en que en alguno de estos oficios, volverá a encontrar una puerta abierta.