Natalia, joven ganadera gallega tras perder 9 reses por ataques de lobo: "Me siento abandonada"

Los avisos por este tipo de ataques en 2024 se incrementan notablemente lo que para la Xunta demuestra que "el lobo no está en peligro de extinción en Galicia"

íñigo Landa

Santiago - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

      
      
             
      

Los avisos por ataque de lobo en las explotaciones ganaderas de toda Galicia está experimentando en este 2024 un notable incremento con respecto a años anteriores. Según datos de la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta, hasta este mes de noviembre el número de avisos tramitados era de 2.146, frente a los 1.644 registrados durante todo 2023. Un incremento que afecta a las cuatro provincias del territorio, siendo la más afectada la de Lugo con 1.100 casos registrados en lo que llevamos de 2024, 250 más que en todo el año pasado, seguida de la de A Coruña con 476 (+160), Ourense con 466 (+66) y Pontevedra con 104 (+26).  

Un incremento que provoca que a día de hoy esté agotada ya la partida de 612.0724 euros presupuestada para las ayudas de daños provocados por el lobo en Galicia, por lo que las que estén quedando fuera deberán esperar al presupuesto del año que viene. Lo que da cuenta de que cada año las previsiones de gasto en estas ayudas se quedan cortas, más tras la decisión del Ministerio de Transición Ecológica de aplicar una prohibición total de la caza del lobo que, según la Xunta, demuestra que "el lobo nunca ha estado en peligro de extinción en Galicia" y que "el Ministerio actuó a partir de motivos culturales e ideológicos, no en función de criterios científicos, sin realizar una evaluación previa rigurosa y desoyendo a las comunidades loberas".

Cedida

Una de las reses atacadas por el lobo en O Pino

9 RESES MATADAS EN MEDIO AÑO EN LA EXPLOTACIÓN FAMILIAR DE NATALIA EN O PINO

Más allá de las cuestiones políticas, los que padecen sus efectos aseguran estar "viviendo un suplicio" ante los constantes ataques del lobo en sus explotaciones ganaderas. Es el caso de Natalia Vázquez Cotón, de 22 años y que desde los 17 ayuda a su familia en la granja del municipio coruñés de O Pino con 170 reses y que en los últimos seis meses han sufrido la pérdida de 9 animales "con unas pérdidas económicas de unos 30.000 euros", por lo que no duda en calificar de "totalmente insuficientes" las compensaciones para hacer frente a los daños "que mejor sería gastar en medidas para controlar las poblaciones de lobo" y asegura sentirse "totalmente abandonada" por la Administración ante una situación que, asegura, "nos está llevando a la ruina".

El último de estos ataques sufridos en la granja de Natalia en la misma mañana en la que hablamos con ella y que ha dejado una vaca moribunda con los cuartos traseros completamente destrozados, por lo que tendrán que sacrificarla. Dándose la circunstancia de que el ataque de noche se ha producido a apenas unos metros de la entrada en la explotación ganadera, es decir, cada vez más cerca de las cortes o establos próximos a las casas donde residen los ganaderos. 

Lo que incrementa el miedo y el hartazgo de los ganaderos de la zona en un ayuntamiento, el coruñés de O Pino, donde el número de avisos por ataque de lobo se han multiplicado por cuatro este año con respecto al anterior, pasando de 8 a 29 avisos. Convirtiendo así a la comarca de Santiago en la zona del sur de la provincia de A Coruña en la que se registra un mayor incremento del número de avisos, aunque también en la de Melide-Arzúa se han incrementado de 17 en todo el año pasado a 24 en lo que llevamos de éste. Mientras que en la zona del Barbanza los 19 de este 2024 ya son los mismos que en todo 2023, según los datos ofrecidos por la directora territorial en A Coruña de la Consellería de Medio Ambiente, Pilar Arias.

aTAQUES MUY CERCA DEL CAMINO DE SANTIAGO 

Se da la circunstancia de que en el caso de O Pino, la zona donde se están registrando un mayor número de ataques se está produciendo "muy cerca de los dos Caminos a Santiago que cruzan el municipio, el francés y y el inglés", asegura el alcalde de este municipio, Manuel Taboada que cifra "en dos o tres las manadas que operan en esta zona" y que no duda en solicitar la vuelta "a las batidas o a algún tipo de medida efectiva de control de las poblaciones de lobo". 

      
             
      

Lamentando además que, como en el caso de Natalia, haya jóvenes que estén apostando por vivir y trabajar en el rural y se encuentren con este problema añadido a lo que ya es una tarea difícil y complicada, como es la de sacar adelante una explotación ganadera o agrícola.

Por lo que el regidor solicitará a la Consellería de Medio Ambiente una reunión para abordar la dramática situación de algunos de sus ganaderos, aunque reconoce Taboada que "el problema no está en la Xunta, sino en quien aprobó en su día la prohibición de cazar y controlar las poblaciones de lobo en Galicia". 

En este sentido, desde la Xunta se asegura que "Galicia sigue defendiendo la misma postura, que no ha variado en todo este tiempo, mientras que el Gobierno, lamentablemente, sigue enrocado en la suya, como demostró recientemente al ser el único país, junto con Irlanda, que rechazó en Europa abrir la puerta a rebajar la protección del lobo". Para concluir que "la Xunta, en todo caso, seguirá esgrimiendo su tesis con convicción reforzada".