Santiago de Compostela como nunca lo has visto... y nunca lo volverás a ver
El divulgador de historia Manuel Gago publica las fotografías tomadas por el británico Thurston Thompson en 1866 revelando sorprendentes cambios con respecto a la ciudad actual
Santiago - Publicado el - Actualizado
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Quizás en alguna ocasión paseando por las calles de Santiago de Compostela hayas tenido la sensación de que lo haces por una ciudad que, en su casco histórico, no ha cambiado mucho a lo largo de los últimos siglos. Pero, aunque en esencia esa sensación es cierta, no lo es menos que el tiempo todo lo va alterando poco a poco, creando notables diferencias del Santiago actual con el que, por ejemplo, visitó el fotógrafo británico Thurston Thompson en 1886.
Una visita que sirvió para la documentación sobre la Catedral de Santiago realizada por The Arundel Society de Londres y que además de suponer algunas de los fotos más antiguas que existen de la ciudad histórica y del entorno de la Catedral, sirvieron de base para que el equipo en el que participaba Thompson realizara el famoso calco del Pórtico de la Gloria que hoy en día se puede visitar en el Victoria and Albert Museum de la capital británica.
Una trabajo realizado en 1886, lo que supone "un mundo anterior al que vemos en otras imágenes antiguas de la ciudad que datan de finales del s. XIX o principios del XX". Nos lo cuenta el divulgador de historia y miembro del Consello da Cultura Galega, Manuel Gago que no duda en asegurar que estas fotografías "suponen una mirada privilegiada al pasado". Abriendo una ventana en la que una atenta observación permite descubrir sorprendentes detalles que el tiempo ha barrido del paisaje compostelano.
LA FONS MIRABILIS, EL MERCADO DE OLLAS Y GRAFITIS DE CRUCES EN LA CATEDRAL
Entre esos detalles, la Fuente del Paraíso o Fons Mirabilis de cuya existencia se hace eco ya el Códice Calixtino como el lugar en el que se lavaban los peregrinos que llegaban antes de entrar en la Catedral y que, aunque ahora se encuentra depositada en el atrio catedralicio, en 1866 estaba situada a la parte izquierda de las escalinatas desde la Plaza del Obradoiro, encima de un montículo de piedra, como se observa en la imagen tomada por Thompson.
Una de las sorpresas que depara las imágenes de este británico, pionero de la fotografía, aunque no la única, como la que demuestra que frente al Monasterio de San Martín Pinario, y a diferencia del jardín existente en la actualidad, había una plaza que servía como mercado de ollería en lo que en la ahora se conoce como Plaza de la Inmaculada.
Aunque quizás uno de los detalles que más ha sorprendido a Manuel Gago en la revisión de estas fotografías haya sido el hallazgo de "una especie de grafitis" que se pueden ver junto a una de las puertas donde se encontraba el Cabildo y donde actualmente se sitúa el Museo de la Catedral "y que son una serie de cruces grabadas en la piedra con otras piedras por parte de los peregrinos, en una tradición que se repite en otros santuarios del Deza y del interior de Galicia".
Lo que demostraría "una devoción que se ha perdido hoy en día y que no está documentada, sólo lo está en esta fotografía de Thompson", aunque según Gago, las cruces grabadas en la piedra alrededor de esa puerta "son aún visibles, aunque solo con la luz que se da ciertas horas del día".
IMAGEN DE LA SOCIEDAD COMPOSTELANA A LAS PUERTAS DEL HOSPITAL REAL
A las sorpresas arquitectónicas que nos deparan estas fotografías de 1866 se suman documentos impagables que nos hablan de la sociedad de aquella época, como la que retrata la entrada en el Hospital Real. Una instantánea que Manuel Gago no duda en calificar de "impresionante" y en la que se observa a los labregos sentados vestidos con el traje tradicional "que no es el que vemos ahora en los bailes, sino anterior" y todos con una vara en la mano.
Junto a ellos, varias mujeres sentadas y, ya en la entrada del Hospital, actual Parador Nacional y Hostal de los Reyes Católicos", los trabajadores urbanos de la ciudad "que podrían estar en cualquier novela de Charles Dickens" con su traje y bombín y, junto a ellos, los médicos, con capa y chistera o sombrero de copa. Lo que demuestra en una sola visión "tres estratos diferentes de la sociedad del Santiago de la época".
Lo que ofrece una ventana privilegiada al pasado gracias a estas fotografías de Thurston Thompson tomadas en 1886 y cuya publicación en redes sociales como X han supuesto cientos de miles de visualizaciones, dando cuenta del interés que suscita comprobar cómo, en una ciudad en la que parece que nuca cambia nada, lo cambios son constantes. Aunque a veces haya que afinar en los detalles para comprobarlo.