Sorprende a su pareja con un gesto de amor en la Catedral de Santiago
Después de casi dos años viviendo en continentes distintos, Nicole quiso agradecer a Rafa su apoyo incondicional
Santiago - Publicado el
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De los cuatro años que llevan casados, Nicole y Rafa han pasado casi la mitad a miles de kilómetros de distancia. Ella es una reportera alemana freelance y en 2022 recibió la oferta de colaborar con una televisión de su país, la Deutsche Welle. Era tentador, porque significaba desplazarse a Latinoamérica, un continente que ya conocía. La cara "B": la distancia Madrid- Bogotá, donde durante el último año y nueve meses ella fue la única cara visible de la DW, (con todo lo que eso supone también de sobrecarga de trabajo). La separación ha concluido por fin y Nicole quiso agradecerle a Rafa el apoyo de todo este tiempo pidiendo una bendición en la catedral.
"Yo me largué un tiempo, entiendo que hay muchas mujeres que no tienen esta suerte, que no tienen una pareja comprensiva... que desde el momento cero me da todo el apoyo", explica. "Quería pensar en algo que sea importante para él, un detalle importante".
Ella no es religiosa, él, sí. Su idea hace cuatro años era casarse en Galicia una comunidad en la que "se encuentran cómodos". Pero la pandemia se cruzó por medio y todo quedó en una ceremonia civil íntima en Inglaterra.
Cuando llegaron esta vez a Santiago, Rafa no tenía ni idea de la sorpresa que había preparado Nicole en connivencia con una amiga. Algo empezó a sospechar cuando el domingo por la tarde entraron a la catedral justo a la hora de la misa y la "cómplice" les anunció que iba a hacer una ofrenda. El regalo se completaría después en el despacho del deán, a quién Nicole y su colaboradora habían dirigido la solicitud de una bendición para la pareja.
Rafa asegura que el gesto le pareció muy bonito porque entiende "el esfuerzo que ha sido para ella... y me lo guardo". "Sé que para mi mujer la importancia de la religión no es tanta como para mi, o la visión de casarnos era distinta, ha sido un gesto muy bonito", repite. "Vamos a guardanos este evento por mucho tiempo en nuestras mentes...es más que una bención para nosotros" añade Nicole.
Ambos aseguran que los dos son muy detallistas el uno con el otro: "siempre intentamos tratarnos con cariño, sorprendernos, mirar el uno por el otro", dice Rafa, pero admite que Nicole ha colocado el listón muy alto para corresponderle. " Pero que esté atenta, porque algo vendrá". Nicole sonríe y desvela que él tampoco tiene dificultad para sorprenderla, sea con conciertos que a los que hacía mucho tiempo que deseaba ir, o con "galletas de dinosaurios de chocolate, como las que tomaba en la infancia en Alemania, que de repente aparecen por casa"
"Nosotros tratamos de acoger a todos"
El deán de la Catedral, José Fernández Lago, contó a Cope Santiago que la de Nicole y Rafa no ha sido la primera petición de bendición que ha atendido, aunque les llegan sobre todo por parte de personas creyentes y de origen latinoamericano. En plena plaza de la Quintana se la solicitaron alguna vez, al reconocerlo saliendo del templo.
"Nosotros tratamos de acoger a todos, y lo que podemos hacer, lo hacemos. Yo no voy a darle una bendición diciendo no sois matrimonio pero a raíz de esto ya podéis estar tranquilos, no, pero tampoco les niego una bendición genérica por parte de Dios y de uno de sus ministros", explica el canónigo.
Fernández Lago insiste en que la Catedral de Santiago es un tempo abierto a todo el mundo y como ejemplo recuerda una ocasión en la que personas de religión protestante se le arrodillaron delante "no es que venga a confesarme pero... (le dijeron). Si llega a levantarse Lutero, que decía a Santiago no vayáis y ve que no sólo están en la catedral sino que hay quien se acerca a donde está uno confesando, pues se llevaría una sorpresa, claro!"
La afluencia a Santiago ha crecido de forma exponencial en los últimos años, y posiblemente también tendrá algo que ver. El deán recuerda que cuando él llegó como canónigo a la seo compostelana, a principios de los ochenta, los peregrinos que llegaban a Santiago se contaban por decenas: "unos sesenta al año". Ahora, la Oficina del Peregrino entrega varios miles de acreditaciones cada día. "El año pasado llegaron 455.000 y este año, seguro que pasamos del medio millón si no pasa nada extraño".