Un juzgado de Lugo anula la expulsión de un socio crítico con la gestión del Club Fluvial

La sentencia no es firme, de modo que la directiva de la sociedad podría recurrirla

Instalaciones del Club Fluvial de Lugo

José Luis Ramudo

Lugo - Publicado el - Actualizado

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El Juzgado de Primera Instancia número 4 de Lugo ha anulado la expulsión del Club Fluvial del socio Manuel Cerdeira, crítico con la gestión de la actual directiva de esta sociedad deportiva -una de las que cuenta con mayor número de socios en Galicia-, al considerar que no se respetó el derecho del asociado a conocer el expediente que se instruyó contra él ni tampoco a presentar las correspondientes alegaciones.

Según el propio Cerdeira, no se respetó “uno los derechos más básicos de cualquier persona, el derecho a la defensa”, porque no tuvo “oportunidad de realizar alegaciones ni de ver el expediente” que derivó en su expulsión.

Mediante un comunicado, explica que “el juzgado ha dejado meridianamente claro que la decisión de expulsión del socio fue nula, estimando íntegramente la demanda, reponiendo al demandante en la plenitud de sus derechos y condenando al club a abonar las costas judiciales”.

“La sentencia es recurrible, por lo que es posible que, continuando con su huida hacia adelante y haciendo de nuevo alarde de su temeridad, la junta directiva, que juega con el dinero de todos los socios, lo cual facilita mucho tomar decisiones a la ligera, decida recurrirla”, lamentó.

En todo caso, insiste en que “ha quedado meridianamente claro” que sus derechos como socio “fueron vulnerados”.

Desde su punto de vista, la actual junta directiva del Club Fluvial, con “una actitud totalmente dictatorial”, pretende “acallar cualquier tipo de crítica a su gestión, vulnerando los derechos que haga falta e intentando pisar a todo aquel que se atreve a discrepar públicamente du se gestión”.

CUATRO EXPULSADOS

Junto a Manuel Cerdeira fueron expulsados otros tres socios críticos con la gestión del club, en una “asamblea vergonzante en la que la gran mayoría de socios compromisarios asistentes a la misma confirmó el atropello que la junta directiva estaba cometiendo”.

La decisión se tomó, insiste Cerdeira, “sin tener conocimiento de lo que realmente había sucedido, simplemente escuchando las mentiras del presidente, como si se tratara de un pelotón de fusilamiento de cualquier república bananera, que ejecuta a aquellos que no opinan igual que su caudillo”.

A su juicio, la junta directiva “pretende ocultar la gravísima situación, tanto económica como administrativa, en la que se encuentra la entidad. Actualmente presenta una deuda de 1.700.000 euros que, como es evidente, compromete seriamente su futuro y viabilidad”.