Un cura graba la espectacular sorpresa de sus amigos a unos novios de Lugo y se hace viral en horas

El párroco de O Páramo, José Manuel Castro Alba, es un gran aficionado a la fotografía y a realizar vídeos. Le viene de familia. Su padre era fotógrafo profesional y, seguramente, todo se pega un poco. Este fin de semana, después de oficiar un boda en la parroquia de Santiago de Saa y de comprobar la espectacular broma que les habían preparado sus amigos a los novios, se puso a grabar. El resultado es un vídeo que, tras difundirlo en su perfil personal, se hizo viral en cuestión de horas, con más de 160.000 reproducciones.

La boda fue celebrada el sábado -día 13 de julio-, a las 13 horas, por lo tanto en una fecha y con un horario a prueba de supersticiones. La ceremonia fue oficiada por José Manuel Castro Alba en la iglesia parroquia de Santiago de Saa, en el municipio de O Páramo.

Los amigos de los novios, José Luis y Johana, se pasaron los días previos a la boda recogiendo papel. Tuvieron que ir hasta A Coruña, porque en Lugo fueron incapaces de reunir todo el que necesitaban para semejante sorpresa. “Diez personas trabajaron durante unas cuatro horas por jornada”, aclaró José Manuel Castro Alba a Cope Lugo.

Con todo es papel hicieron unos grandes fardos, de hasta un metro y medio de largo, explicó el sacerdote, y los echaron en una cosechadora. Esa máquina agrícola, que se utiliza para picar el alimento de los animales en las granjas, convirtió kilos y kilos de papel en una especie de confeti, que dejó el atrio de la iglesia cubierto por una especie de manto blanco.

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El sacerdote José Manuel Castro Alba fue el autor del vídeo de la sorpresa que se hizo viral

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"IBA A PASAR ALGO GRANDE"

“Ví que iba a pasar algo grande y, ni corto ni perezoso, me puse a grabar”, dijo el párroco. Los primeros sorprendidos fueron los novios, pero después más de 160.000 personas se quedaron asombradas con esta broma gracias al vídeo que colgó José Manuel Castro Alba en su perfil en redes sociales.

“También hubo algunas críticas”, reconoció el sacerdote, quien en todo caso no vio con malos ojos esta broma. Aunque habrá que limpiar, reconoce que fue algo muy espectacular “y nada peligroso” para los asistentes a la ceremonia, dado que el “papel no hace daño a nadie”.