Un estudio del CSIC y de la Xunta sitúa el origen de los bancales de la Ribeira Sacra en el siglo X
Se trata de una información valiosa para determinar la evolución de estos elementos que configuran el singular paisaje de la comarca, que aspira a ser declarada bien mundial
Lugo - Publicado el - Actualizado
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Un estudio de la Xunta de Galicia y del CSIC sitúa, de acuerdo con los resultados de las primeras dataciones, el origen de las terrazas donde se lleva a cabo la producción vitinícola de la Ribeira Sacra en torno al siglo X, una información valiosa en cuanto a su evolución histórica como paisaje, precisamente cuando la comarca aspira a ser declarada Patrimonio de la Humanidad.
Los resultados de este trabajo de investigación encargado por la Xunta de Galicia fueron presentados hoy por la directora xeral de Patrimonio Cultural, María del Carmen Martínez Insua, y el director del Instituto de Ciencias del Patrimonio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Incipit-CSIC), Felipe Criado.
La investigación fue realizada por el Incipit-CSIC en la ribera de Vilachá de Salvadur, en la Pobra do Brollón, y se enmarca dentro del proyecto Adegas da Memoria, en el que también participa el Ayuntamiento de A Pobra do Brollón y la Asociación de Veciños de Vilachá de Salvadur.
La representante de la Consellería de Cultura destacó que este estudio tiene una “especial relevancia”, porque aporta “evidencias científicas” sobre el origen de estos elementos tan singulares y característicos del paisaje de la Ribeira Sacra.
Vienen de la época Altomedieval
De acuerdo con la investigación, las dataciones más antiguas de las muestras tomadas proceden del siglo X, en la época Altomedieval, lo que permite constatar que la construcción de las terrazas se remonta “a épocas pre-Císter”.
El equipo que realizó el estudio tomó un “total de 110 muestras”, repartidas en cinco sondeos, en cuya distribución se tuvieron en cuenta aspectos como la cercanía o la lejanía con respecto al río, los distintos grados de pendiente o la distancia al yacimiento de los conventos.
Se trataba, según explicaron hoy sus promotores, de contar con una “muestra lo más diversa posible para comprobar como fue creciendo en extensión” esta particular forma de cultivo.
El análisis de los datos también ha permitido comprobar que en siglo XIII se intensifica la construcción de bancales para el cultivo en la ribera de Vilachá, mientras que en el siglo XI vuelve a registrar otro “pico”.