Libera pide la “reprobación” del alcalde de Ourol por la oveja que apareció colgada de un puente
El colectivo animalista acusa al regidor local de "justificar" esa singular forma de protesta por los ataques del lobo a las explotaciones de la zona
Lugo - Publicado el - Actualizado
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La Asociación Animalista Libera ha pedido este jueves al PSdeG que “desautorice al alcalde de Ourol después de haber justificado que un ganadero colgara el cadáver de una oveja del puente que cruza la carretera LU-540”, al entender que “agita un miedo inexistente contra la fauna silvestre”.
Las declaraciones del alcalde se produjeron después de que en días pasados el cadáver de una oveja apareciese colgada del citado puente, con el mensaje: “Peligro lobo”.
Según Libera, “el regidor insiste en la desinformación para azuzar un falso debate”, como es “la peligrosidad del lobo ibérico para las personas, cuando en las últimas décadas no se ha documentado incidente alguno con este mamífero y los daños provocados al sector productivo responden en muchas ocasiones a la carencia absoluta de medidas preventivas”.
Otras vías
Los animalistas recuerdan que tanto la Comisión Europea “como colectivos ambientalistas” han incidido en la posibilidad de “solicitar ayudas para financiar la totalidad de estos métodos disuasorios”, en lugar de las cacerías, “cuya efectividad en Galicia es nula”.
Además, el colectivo animalista considera que las declaraciones del alcalde “chocan con la propuesta de “Pacto verde galego” o del “galeguismo verde” que quiere divulgar el Partido Socialista”, además de contravenir “también la estrategia de protección de especies amenazadas que está elaborando el Ministerio de Transición Ecológica junto a las comunidades autónomas”.
Un peligro
Por otra parte, “el acto de colgar a un animal muerto de un puente podría constituir un peligro sanitario, ya que el cadáver es un foco de putrefacción y se desconoce si portaba alguna enfermedad”.
Además, Libera recuerda que es “un peligro para la seguridad vial, ya que pudo desprenderse de las ataduras y caer sobre el asfalto o, peor aún, sobre un vehículo en tránsito”.
“Esta supuesta protesta no es más que la pataleta de una minoría del sector primario que defiende exterminar a la fauna silvestre y seguir cobrando ayudas públicas sin responsabilizarse de su papel en los ecosistemas”, concluye.