La muerte de un perro en Ribadeo lleva a la Guardia Civil a localizar 22 cebos envenenados

La persona que los elaboró y los colocó ha sido imputada como investigada por un delito contra la flora y la fauna

Cebos envenenados colocados en una finca de Ribadeo

José Luis Ramudo

Lugo - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La muerte de un perro y la sospecha de una vecina de que pudo ser debida a un caso de envenenamiento puso en marcha una investigación de la Guardia Civil que llevó a los agentes a la localización de 22 cebos envenenados en una finca en el municipio lucense de Ribadeo, a la identificación del supuesto responsable y a su posterior imputación como investigado por un delito contra la flora y la fauna.

La investigación se puso en marcha el pasado mes de abril, cuando una vecina de Ribadeo se presentó en la Guardia Civil para denunciar que la muerte de uno de sus perros podría estar relacionada con la ingestión de algún cebo envenenado, concretamente en las inmediaciones de una zona conocida como A Regueira.

La propietaria les explicó que acostumbraba a soltar a sus perros en esa zona para corriesen libremente, pero en esta ocasión, al cabo de unas horas, ya de regreso a casa, observó que uno de ellos parecía estar enfermo.

Al ver que el estado del animal empeoraba, lo trasladó a un centro veterinario en Ribadeo, donde le informaron de que presentaba síntomas de envenenamiento y de que se encuentra en estado muy grave. De hecho, el perro murió horas más tarde en la propia clínica.

Informada la Guardia Civil de lo sucedido, se inicia una investigación, que comienza con la inspección de la zona. Tras varias jornadas de búsqueda infructuosa, los agentes encontraron finalmente los cebos, colocados en una finca de unas seis hectáreas de terreno.

22 montones de maíz

Se trata de 22 montones de maíz impregnados en algún tipo de sustancia líquida y, al lado de estos, trozos de una sustancia pastosa, similar al tocino de cerdo, mezclada con granos de maíz.

Los guardias también encontraron en las inmediaciones los restos de varios cuervos fallecidos, dos de ellos que habían muerto recientemente.

Además de recoger muestras para su análisis, que fueron enviadas al Servicio de Axentes de Medio Ambiente da Xunta de Galicia para su remisión al laboratorio, las pesquisas también permitieron identificar al supuesto responsable de la colocación de los cebos.

Fabricados con un producto fitosanitario

El investigado reconoció que él mismo había fabricado los cebos, macerando maíz en un producto fitosanitario durante una noche, y que luego los había colocado por la parcela.

Tras la recepción de los resultados de las analíticas y las necropsias practicadas, quedó acreditado que la muerte de los cuervos se produjo por envenenamiento, dado que se encontraron restos del mismo principio activo tanto en los cebos como en los cadáveres de los animales.

No así en el caso del perro, precisa la Guardia Civil, porque el resultado de las analíticas no revela la existencia de ningún veneno, “si bien el veterinario que atendió al animal encontró síntomas inequívocos de envenenamiento previos a su fallecimiento”.

La persona investigada ha sido puesta a disposición judicial.

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