Puertas al campo

Puertas al campo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los jabalíes se pasean por el centro de Lugo con total naturalidad. Cada día son más atrevidos. Se han dado cuenta de que están relativamente seguros en un entorno que no les resulta demasiado hostil. En el medio urbano el único peligro con el que pueden encontrarse es que los atropelle un coche. Nadie va a pegarles un tiro en la Ronda da Muralla. Tampoco hay cepos colocados en la Ronda do Carme. Tienen el alimento asegurado y se sienten cómodos.

La Xunta de Galicia va a colocar dos jaulas en zonas de paso, para ver si suena la flauta y captura a unos pocos ejemplares. Además, tanto la administración autonómica como el Ayuntamiento de Lugo van a rozar algunas parcelas abandonadas que esta especie puede utilizar como refugio y lugar para encamar en las inmediaciones de la ciudad.

Seguramente, son acciones revestidas de buena voluntad, pero con una eficacia muy limitada o, simplemente, nula. Lo que sucede con los jabalíes es una consecuencia lógica de la despoblación de nuestras aldeas y el abandono del medio rural. Lo que antes eran prados y tierras de cultivo son hoy fincas abandonadas y llenas de maleza. El monte llega a la misma entrada de las casas. La ausencia de seres humanos facilita que la población de fauna silvestre se dispare.

Con este panorama, poner una o dos jaulas y rozar diez o doce fincas no servirá para nada. Es como ponerle puertas al campo.