SAMAÍN
Calabazas iluminadas para guiar a las ánimas y collares de castañas para liberarlas, las tradiciones más antiguas del Samaín
Una animadora cultural, muy tradicional, nos cuenta cómo se vivía en su niñez el Samaín
Ribadeo - Publicado el
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Por estas fechas que vivimos es muy típico decorar con calabazas, se vacían y se coloca una vela dentro, pero puede que no sepas que esto proviene de una tradición muy antigua. Se hacía para marcar el camino a las ánimas del purgatorio. Luego la calabaza seca se utilizaba para elaborar la máscara del Carnaval, el relleno para dulces y las pepitas para plantar. Nada se tiraba.
Otra tradición era el collar de zonchos, castañas cocidas, atados con un hilo de hacer los chorizos y era también de utilidad para las ánimas: cada zoncho equivalía a un ánima y cuando te comías uno la liberabas. Así nos lo explica la animadora sociocultural, Susana Álvarez, Susi.
Ella recuerda que cuando era pequeña se hablaba mucho esos días de las ánimas, que había que liberarlas para que fueran libres y no anduvieran vagando por el Purgatorio.
PASAR EL DÍA CON LOS DIFUNTOS
Las casas se decoraban con crisantemos y se alumbraban para que esas almas supieran a qué vivienda acudir y llegaran para saludar, luego se marchaban. Incluso les ponían comida, para que picaran algo y luego se fueran: "Pero que sepan a qué casa tienen que ir y que las recordamos y todo eso".
También se iba al cementerio, pero además de arreglar la tumba y adecentarla, comía allí toda la familia, con sus difuntos. La tradición, tal como la vivían en su casa cuando ella era pequeña, no se basaba en llevar flores al camposanto sino en el rato que pasabas allí con tus seres queridos. Iba toda la familia, niños incluidos, se tenía mucho respeto y recuerdo hacia los muertos.
la santa compaña
También existía mucho miedo a encontrarse con la Santa Compaña, y se decía que no había que mirarla porque si no te convertías en un alma penitente.
Susi trabaja con personas mayores en Ribadeo y nos cuenta que alguna le narró cómo en su niñez vio a la Santa Compaña, portando el ataúd y con el penitente llevando la cruz. Como dice Susi, si era la Santa Compaña real o gente disfrazada para dar miedo... eso ya no lo sabemos.
Antiguamente la gente no se disfrazaba de zombi ni hacía 'truco o trato', iban vestidos de ánimas, todos de blanco de arriba a abajo con la cara blanca y portando las calabazas iluminadas. También se estilaban los disfraces de Santa Compaña, brujas o curanderas. Y además de la decoración y los disfraces tenían sus cancioncillas propias del Samaín.
Susi reconoce que la fiesta de Samaín ha ido evolucionando y cambiando con el tiempo y ahora todo suena más a Halloween. Por ejemplo el tema de los dulces, ahora todo son "lambetadas" (chucherías), pero en el pasado lo único que había por Samaín eran los huesos de santo.
La pena para Susana es que ya no sea tan tradicional como antes. De aquélla ponerse a vaciar las calabazas, toda la familia junta, ya era una fiesta. Celebración que también servía para conmemorar el cambio de estación y la entrada en la época de mayor oscuridad. "Ahora todo es 'truco o trato', bum, te asustan y listo".