MONDOÑEDO - galicia

El calvario de un venezolano para trabajar en España: "Luchar por los sueños"

Edward Vallenilla lleva dos años sobreviviendo a la espera de la homologación de sus títulos académicos

COPE 

Edward Vallenilla es fisioterapeuta y radiólogo pero trabaja cuidando ancianos

Juana Carrera

Ribadeo - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Edward Vallenilla salió de su país en abril de 2022. A día de hoy sigue sin tener la homologación de sus títulos (lleva seis meses esperando), lo que le obliga a ir trampeando y trabajar por debajo de su cualificación para subsistir. Ha vivido en Valencia, Antequera y ahora en Galicia y ha desarrollado buen número de trabajos, muchos de ellos sin papeles como carretillero o profesor en una ONG.

Conseguir el permiso de trabajo le llevó año y medio aproximadamente y entretanto había que ingresar dinero de algún modo. Tuvo que recurrir a la ayuda de la Cruz Roja. A partir de la concesión de su permiso de trabajo pudo encauzar mejor la vida y "coger un poco de aire".  

SEGUIR ESTUDIANDO

Trabajó como empaquetador y siguió formándose por el camino sociosanitario, su campo ya que es fisioterapeuta y radiólogo. Ya en Galicia hizo un curso de auxiliar sociosanitario y gracias a eso trabaja en la Residencia de Mayores de Mondoñedo (Lugo). Afirma que no le molesta cuidar ancianos, lo hace con cariño, le "gusta atender al adulto mayor, darles de comer, ayudarlos a bañar, tener paciencia, para esto hay que tener mucha paciencia y saber que puede ser tu mamá, puede ser tu abuela y para allá vamos todos".

Ahora parece quedarle la parte fácil. Lo complicado ya pasó, como salir de Venezuela dejando atrás familia y amigos. Avisó a su gente el día anterior a su partida porque no quería crearles más ansiedad de la cuenta. A la familia no le gustó, pero así fue menos duro. Nadie sabía que se iba a ir.

racismo

El recorrido hasta el día de hoy no ha sido un camino de rosas, ha tenido que superar malos momentos, escasez económica, muchas gestiones con la administración y aguantar cierto trato despectivo por parte de algunas personas. 

Incluso ha sentido en sus propias carnes el racismo: "el hecho de ser emigrante, ser latino, criollo... lo mejor es reírte y decir 'bueno de ahí no puede pasar'... me imagino que eso les pasa a nigerianos, a los chinos, a muchos, que le pase a un venezonalo no es gran cosa". Apunta que son pruebas que te pone el universo o Dios para ver qué tolerancia tienes.

      
             
      

¿VOLVER? NUNCA

Poco a poco la vida de Edward va mejorando y tiene esperanzas de conseguir la homologación de sus títulos pronto, aunque a veces la espera se extiende entre 18 y 24 meses. 

Pero es optimista y su futuro lo imagina trabajando en el campo sociosanitario, como autónomo, y tal vez como fisioterapeuta de personas mayores "porque son personas que necesitan movilizarse, se levantan, desayunan y están sentados todo el día, necesitan movimiento para que no pierdan masa muscular". Esto lo ve como "una manera de agradecerle a la vida, después de tener la homologación seguir ayudando" .

Edward Vallenilla

Edward trabaja en la Residencia de Mondoñedo (Lugo)

El calvario que ha tenido que pasar hasta llegar a este momento, y lo que le queda, no le hace abandonar. Una vez probada España no la cambia. Aunque las cosas mejoraran en su país, él sólo "iría de visita". Las oportunidades y la tranquilidad que ofrece España no las tienen en Venezuela. 

      
             
      

INSEGURIDAD

De hecho la inseguridad y la falta de libertad para expresarse son algunos de los motivos que le empujaron a partir. Como él dice "el hecho que tú estés tranquilo aquí tomándote un café y llegue alguien con una pistola 'dame el teléfono', vas en tu coche y te paran en un semáforo, te tocan con la pistola en el vidrio 'dame el teléfono'... eso no. Que te levantes todos los días y no sabes lo que cuesta un tomate, que cambia el precio, al otro día la cebolla..., no hay una inflación estándar, todo está dolarizado... eso no es vida".

Vista su experiencia en nuestro país quiere lanzar un mensaje a todos los latinoamericanos: que no abandonen si en algún momento piensan en emigrar. "Lo que sí tienen que tener es mucha paciencia pero siempre luchar por su sueño".