MARIÑA LUCENSE

Cambia el diseño de muebles por la ganadería sostenible de porco celta

Cada vez hay más granjas de porco celta, un producto que encontrarás en los mejores escaparates gourmet 

Juana Carrera

Ribadeo - Publicado el

3 min lectura

Nando López ha estudiado Diseño y Fabricación de mueble a medida pero un buen día se le cruzó una idea por la cabeza y acabó siendo ganadero, de una raza distinguida: el porco celta. Tenía su trabajo, su sueldo y vida acomodada, pero se lanzó a la vida de campo, aquí ha ganado en libertad de horarios y conciliación. 

Cada vez más jóvenes ganaderos apuestan por las explotaciones de porco celta porque hay más demanda que oferta y no requiere mucha inversión, para empezar con una cabaña reducida.

Se puede empezar a andar con cinco reproductoras y un censo de 30 cerdos y luego vas subiendo escalones y puedes pasar a una explotación industrial, como ya tiene él.

LA GANADERÍA ABANDONADA DE LOS ABUELOS

Lo que más encarece son las primeras instalaciones, pero en el caso de Nando le vinieron de familia, la ganadería abandonada de sus abuelos, a la tercera generación resucitó. Está ubicada en A Couboeira, en Mondoñedo (Lugo).

Lo más caro, cuenta Nando, es la manutención de animales (el aporte de cereales), señala. Y lo más importante es “el pulmón económico con que se cuente para poder aguantar”, pero hay que ir poco a poco, como en su caso.

Nando López empezó con una explotación reducida de 19 animales y ahora ya está en 140 cerdos.

Cerdo tradicional vs cerdo celta

La diferencia básica entre el cerdo tradicional y el cerdo celta radica en su crianza. El celta no se cría en un establo sino en libertad, así está en continuo movimiento y su carne es más magra, además su alimentación mucho más variada y proteica. Se alimenta básicamente de castañas y bellotas, restos de la plantación de patatas... y luego un suplemento de pienso.

Celtagal

El cerdo se alimenta de bellotas, castañas y de restos de la producción agrícola

Esto se nota luego en el sabor de los productos que del cerdo se sacan, con una carne más magra y una panceta que dista mucho de la tradicional del cerdo... un manjar. Tiene muchas más vetas de carne que la panceta de un cerdo de granja en la que la mayoría es grasa.

el ciclo completo

En su ganadería realiza el ciclo completo desde la crianza hasta la elaboración del producto final, e incluso los distribuye él mismo. No sólo para Galicia sino a nivel nacional y empieza también a nivel internacional. Para él no es un trabajo, es una pasión.

Este producto delicatessen tiene la distinción del sello 100% raza autóctona porco celta y lleva una trazabilidad muy estricta. Próximamente el consumidor tendrá, a través de un código QR, toda la información de la ganadería, el matadero y el animal el que procede esa carne. Es un sistema que empezará a implantarse en unos meses.

La carne de porco celta se promociona mucho, sobre todo en los colegios “porque si los niños lo prueba allí, llegan a casa y lo piden”. Nando, además, acude a ferias, eventos y festivales; lleva a cabo una promoción muy amplia.

Luego cuando ve sus productos en el escaparate de una tienda gourmet, o en El Corte Inglés y se da cuenta de la importancia de su trabajo. O cuando reclama sus productos un chef con Estrella Michelín: “ahí te das cuenta de dónde te has metido y esto te recompensa y da ánimos para seguir trabajando y para seguir peleando”.

Finaliza su intervención invitando a más jóvenes a sumarse al proyecto del porco celta y a que implanten su propia ganadería. Porque hace falta, porque hay más demanda que oferta y porque, en definitiva “somos lo que comemos y en el rural hay futuro”.