La historia de Eugenia, madre de un fallecido en el Pitanxo: "Su padre murió después, no pudo con ese dolor"
Ricardo Arias, hijo de Eugenia, es uno de los 21 fallecidos en el pesquero gallego y el único superviviente de un naufragio en el año 2000
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"Su vida fue la mar". Con estas palabras describe Eugenia a su hijo Ricardo, uno de los 21 fallecidos en el Villa de Pitanxo, el pesquero gallego que se hundió en las aguas de Terranova el 15 de febrero de 2022.
Dos años después de la tragedia, COPE ha conocido, de primera mano, la historia de varios familiares de los marineros que murieron en aguas canadienses.
Ricardo Arias nació en la playa de Loira, a escasos pasos del mar. "Con tres años ya sabía nadar y siempre le gustó la mar. Se embarcó por primera vez con 18 años porque no le gustaba trabajar en tierra, su vida fue la mar", narra Eugenia. Escucha su testimonio en el siguiente audio.
El único superviviente del Arosa
El 3 de octubre del año 2000, la vida de Ricardo quedaba marcada para siempre al convertirse en el único superviviente del naufragio del Arosa. Su madre se enteró de este accidente por otro de sus hijos y tardó horas en saber que Ricardo había sobrevivido.
"Él no sabía como explicar lo ocurrido. Estaban todos en el puente, y vio como las olas se iban llevando a sus compañeros. En un momento dado, dijo, hasta aquí, ahora voy yo. Una ola lo arrastró, pero puso los pies y encontró unas pruebas piedras. Como pudo, fue subiendo, gateando, y se salvó", recuerda Eugenia.
Sin embargo, Ricardo volvió al mar tan solo un año después de lo ocurrido. "Estuvo un año trabajando en tierra, pero decía que eso no era para él", relata su madre. "No me gustaba que fuera, por lo que le pasó, pero él tiraba para la mar", añade.
Una noticia que llega por redes sociales
"Tener que enterarme de que el barco de mi hijo tuviera un accidente por las redes sociales es muy triste", explica Eugenia. El 15 de febrero de 2022, la noticia dio la vuelta al mundo en apenas unos instantes a través de internet y las propias familias de los fallecidos se enteraron a través de este medio.
En casa de Ricardo pusieron la radio y escucharon que la villa de Marín estaba consternada, pero justo terminaban las noticias. En ese momento, Eugenia entró a Facebook para intentar enterarse de qué hablaban y así fue como supo que el barco en el que iba su hijo había naufragado.
Ella fue la que se lo contó a su marido y a sus hijos. Lo primero que pensó en ese momento era que se trataba de un mal sueño hasta que fue consciente de las condiciones de las aguas de Canadá, donde era casi imposible sobrevivir.
"Cada vez que se iba, me despertaba de noche sobresaltada, parecía que lo oía, porque él era un niño que cuando llegaba era muy activo. Era alegría. No duermes tranquila, siempre sobresaltada, pendiente de la radio. Ahora aún más, siempre la tengo encendida. Y con miedo, con mucho miedo, mucho miedo y ahí está, que pasó lo que pasó", relataba una madre que perdió a su hijo hace ya dos años.
Eugenia trabajaba enfrente del puerto desde donde salió el Pitanxo. El barco tardó varios días en salir por algún caso de covid y madre e hijo se saludaban todos los días desde la distancia. Así fue la última vez que vio a su hijo. "No los dejaban venir a casa y como yo estaba enfrente me saludaba desde el puente".
Familias rotas sin poder despedirse
"Es muy triste no poder ni darle un beso a tu hijo, ni dónde está sabemos. Al no ver el cuerpo es muy duro decirlo, pero es como si no creyeras que tu hijo está muerto. Aunque lo llevo aquí conmigo (en una medalla) y lo tengo en casa por todos los sitios. Le decía a los hermanos, "dejadme a mamá, que vosotros la tenéis todo el año". De los cuatro que tengo, era el más cariñoso, más siempre. Y a besos al padre", detalla Eugenia.
Esta madre ha tenido que aprender a convivir con el dolor. Su marido falleció un año después que su hijo. "El padre falleció al año de fallecer él porque no pudo con ese dolor, la enfermedad se le acrecentó. De mi marido me pude despedir y decirle que le diera muchos besos a Ricardo", explica en un relato cargado de dolor.
Justicia para los culpables
Por último, Eugenia cuenta que no les han pedido perdón y exige que se haga justicia. "Pedimos que los culpables paguen. Yo no me quedaré tranquila... Ir a prisión para esa gente es muy fácil porque en prisión están viviendo, pero los demás están en el fondo del mar".
Escucha el reportaje completo sobre el naufragio del Villa de Pitanxo a continuación.