Una mexicana se mete al agua en una playa de Galicia por primera vez y su reacción habla por sí sola: "Pero"
Esta zona de España es un paraíso en verano, pero no todo el mundo puede refrescarse en el Océano Atlántico por sus condiciones tan especiales
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Galicia destaca, además de por su cultura, gastronomía e historia, por su extenso litoral paradisíaco que atrae cada verano a miles de turistas que llegan aquí buscando algunas de las mejores playas de España y del mundo. Pero no están hechas para todo el mundo, como sucede en esta historia de una mexicana.
Para miles de bañistas, el litoral gallego es un espacio de diversión que es la suma de más de 1.500 kilómetros, sin contar las islas cercanas, las opciones de playas son prácticamente infinitas. Todo un universo de cabos, de lonjas, de miradores, de villas marineras, de faros, de islas, de rías y, por supuesto, de playas.
Lo que no traslucen las fotos es que se encuentra en una de las orillas más frías de la península, como demuestran los aspavientos y grititos de los escasos valientes que se atreven a bañarse: la mayoría avanzan hasta que el agua acuchilla sus pantorrillas; entonces se giran, buscan la complicidad de sus acompañantes.
En el programa de observación satelital Copernicus de la Unión Europea, investigadores afirmaron que el agua de Galicia llega a alcanzar la misma temperatura del Mar Báltico o del Mar del Norte. Por la costa gallega transcurren diferentes corrientes marinas de diversas temperaturas que dan lugar al afloramiento.
Una playa de Galicia
Este sistema de altas presiones afecta a la costa gallega, trayendo vientos del norte, que desplazan el agua superficial del mar y favorecen que asciendan las aguas más profundas, que están más frías. En la zona de las Rías Baixas suele hacer más calor, pero las aguas rondan la escalofriante cifra de 13 grados.
Hay rías como la de Aldán, o zonas como el norte de Lugo, donde algún misterioso juego de corrientes y condiciones climáticas óptimas permiten al agua alcanzar los 20 grados en verano, pero es poco más que una ilusión. A quienes conocen bien la zona les resulta curioso que, cuanto más al sur, más fría.
Hay quien se tuesta al sol durante varias horas. Hay quien juega a las palas para calentar. Hay quien, incluso, juega en el agua para insensibilizar sus pies. Otros practican fútbol o echan unas carreras. Para los menos deportistas, funciona dar un paseo por la orilla con el agua a la altura de los tobillos para irse aclimatando.
Algunas voces también aseguran que la queimada se inventó como solución a las hipotermias de los mariscadores. O todo lo que uno quiera creerse para alimentar la mística de Galicia. Pero la cruda realidad es que el agua está fría y que ese termómetro natural consigue algunas de las playas más limpias, paradisíacas y de mejor marisco.
Su reacción habla por sí sola
Si quieres vivir la experiencia de bañarte en Galicia, deberías hacerlo de golpe y sin pensarlo, con cabeza incluida. Pero esta joven decide hacerlo poco a poco y encontrarse con la realidad tímidamente. El contraste es aún más grande teniendo en cuenta que se trata de una turista de México y está acostumbrada a otras temperaturas.
Toca disfrutar de las vacaciones y de la playa. Incluso cuando el tiempo no acompañe en Galicia, piensa que el sol acabará saliendo más pronto que tarde y cuando llegue ese momento, te faltará tiempo para tostarte en la arena y recurrir al tan merecido baño refrescante. Pero el agua va a ser fría.