La Navarra: un siglo de historia y tradición en la hostelería de Pontevedra

La emblemática taberna La Navarra, situada en la calle Princesa de Pontevedra, celebrará su centenario en 2025. Fundada por los hermanos Ureta, este negocio familiar ha evolucionado de un almacén de vinos a una taberna tradicional que mantiene intacta su esencia

José Jardón

Pontevedra - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

La emblemática taberna pontevedresa, La Navarra, se prepara para celebrar su centenario en 2025. Milagros Guzmán, descendiente de los fundadores del local, compartió en COPE Pontevedra algunos detalles de la larga historia de este local, convertido en un referente de la hostelería local.

Un origen humilde

La Navarra abrió sus puertas en el número 13 de la calle Princesa en 1925. Sus fundadores fueron los hermanos Bernardo y Justo Ureta, naturales de Puente la Reina (Navarra). Bernardo, con experiencia previa en hostelería en París y Madrid, había llegado a Pontevedra para trabajar en el Hotel de La Toja. Junto con su hermano Justo, que lo acompañó en esta aventura gallega, primero abrieron una pastelería en la calle Real. La idea de abrir un almacén de vinos navarros surgió al ver un local vacío en la calle Princesa, en pleno centro del casco histórico de la ciudad.

La fecha exacta de la apertura es incierta, ya que el único documento que se conserva de esa época es un anuncio en el Diario de Pontevedra del 13 de enero de 1925. En dicho anuncio solo se menciona que el establecimiento se dedicaba a la venta de vinos navarros.

Cartel con la fecha de fundación de La Navarra

De almacén de vinos NAVARROS a taberna

Con el paso del tiempo, el negocio fue evolucionando. Lo que comenzó como un almacén de venta al por mayor de vinos, incorporó la venta al por menor y, finalmente, se convirtió en una taberna. Hoy en día, La Navarra sigue siendo una taberna tradicional, sin máquinas de café ni otros elementos modernos como nos contaba Milagros que reconoce que el principal atractivo de La Navarra radica en su esencia clásica y en la calidad de sus vinos y tapas caseras, especialmente el tinto de La Rioja, que llevan comprando en Logroño desde hace muchos años.

Clientes de todas las épocas y rostros muy conocidos

A lo largo de su historia, La Navarra ha acogido a una clientela muy diversa. En sus inicios, el público principal eran los trabajadores de la zona, que se acercaban a tomar un vino antes de regresar a casa. Con el tiempo, el perfil de los clientes ha cambiado, pero la esencia popular se ha mantenido.

Foto antigua de clientes de La Navarra

Milagros comenta que hoy en día la clientela es mucho más variada, con personas de todas las edades y procedencias. Aunque el vino sigue siendo uno de los productos estrella, la cerveza y las tapas ha ganado terreno en los últimos años. También destaca la afluencia de turistas, atraídos por la fama y la historia del local.

      
             
      

Además, cuenta Milagros, por la taberna han pasado personas muy conocidas como el rey Juan Carlos I cuando estaba estudiando en la Escuela Naval de Marín o el expresidente de la Xunta, Manuel Fraga, que estuvo acompañado del expresidente navarro Miguel Sanz. Asimismo no pierde la esperanza de que la princesa Leonor, que encara su última semana en la Escuela Naval, se acerque junto con sus compañeros a disfrutar de los vinos y las tapas de ese referente de la hostelería pontevedresa.

Una celebración MUY especial

Para conmemorar el centenario, los clientes habituales están organizando una comida y una misa en homenaje a los clientes fallecidos. Milagros reconoce que se trata de una celebración modesta, teniendo en cuenta la multitud de personas que han pasado por la taberna a lo largo de estos cien años.

La Navarra se prepara para soplar cien velas, convertida en un símbolo de la historia y la tradición hostelera de Pontevedra. Su legado, construido a base de trabajo y dedicación familiar, garantiza que esta emblemática taberna siga siendo un punto de encuentro para los pontevedreses y para todos aquellos que buscan un lugar auténtico donde disfrutar de un buen vino y la mejor compañía.

Foto antigua del local