Iván Ferreiro: "No tengo la prisa de la juventud"

El músicco vigués reconoce estar feliz de haber recibido tres galardones en los Premios Nacionales de la Música aunque hasta ahora no creía en ellos

Redacción COPE Vigo

Vigo - Publicado el - Actualizado

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"Siempre pensé que los premios me iban a dar igual pero la verdad es que me hacen muchísima ilusión", ha confesado en COPE el músico vigués Iván Ferreiro tras haber recibido tres en la gala de la primera edición de los Premios Nacionales de la Música, que organiza la recién creada Academia de la Música de España (Acamus).

Estaba nominado a cuatro, y se ha llevado el 75 por ciento: Compositor del Año, Mejor Álbum Pop/Rock y Mejor Canción de Pop/Rock; nada mal para alguien que no cree (o no creía) en los premios.

"Acudí a los opremios porque creo que sirven para hacer industria. Los Goya sirven para que todos los demás veamos una situación de unión en la gente que hace cine, y yo a estos premios acudí un poco para participar de esa industria, porque creo que es necesario que toda la industria musical, que no somos solo los músicos, son también los técnicos, los productores, los managers, tengamos una voz ante el mundo. Yo acudí con esa idea de apoyar a mis compañeros y al final me llevé tres premios", relata todavía sorprendido pero muy agradacido por haber sentido de este modo "el cariño de mis compañeros".

Trinchera del Pop

La culpa de este éxito, o al menos buena parte, la tiene el álbun Trinchera Pop y el single 'En las Trincheras de la Cultura Pop', cuyo éxito le cuesta explicar.

"Yo no suelo analizar mucho eso. Trato de hacer discos que sean emocionantes para mí. Creo que la piedra angular tengo que ser yo, no tienen que ser nunca los demás. Yo no pienso mucho en los demás cuando hago los discos, pienso cuando salen y sólo deseo que les gusten. Entonces, definir discos no es lo mío, pero bueno, yo he buscado una colección de canciones que sean emocionantes, que cuenten cosas sobre mí, que tengan algo de poliédrico, que tengan significados distintos... No sé, que excite los cerebros y los corazones, eso es lo que busco siempre", señala.

Este disco salió del horno tras seis años de vacío, un periodo excesivamente largo tal vez para la industria, pero no para este músico que ya ha pasado la barrera de los 50 años y se toma las cosas con mucha más calma que hace no tantos años.

La experiencia de la edad

"Cada vez tardo un poco más. No porque sea más lento, sino porque con los años uno va adquiriendo una experiencia y me voy dando cuenta de que no necesito sacar un disco al año o cada dos años. Y cada vez, no sé cómo explicarlo, soy más exigente con lo que hago", reflexiona.

"Realmente, tardé seis años porque estuve tres años de gira, luego hubo un año y medio de pandemia. Y, entonces, cada vez me lo tomo con más calma; ya soy mayor y digo: pues mira, tampoco tengo que ir corriendo a todas partes. Y creo que el tiempo me sienta bien a la hora de hacer las canciones, a la hora de definir los discos, de definir cómo hago las cosas. Entonces, como te decía, yo no tengo la prisa de la juventud", confiesa.

Esa lentitud, esa mesura de la que habla, no afectan en absoluto a la pasión con la que continua trabajando: "A mí me encanta componer, me encanta grabar, y me encnata ir de gira. Las giras son las que al final me dan la vidilla para seguir viviendo y seguir haciendo las cosas. Y a mí tocar me sigue apasionando", reconoce.

El corazón

En los últimos días, además por sus éxitos en la gala de los Premios Nacionales de la Música, Iván Ferreiro ha sido protagonista de algunas revistas del corazón. ¿La culpa? Su reciente matrimonio con Noa, un evento del que no esperaba que trascendiese como lo hizo.

"El último que se esperaba ver su foto ahí soy yo, desde luego. No creo que exista nada más ajeno a mí que la prensa rosa. Pero bueno, no tengo mucho que hacer. No estoy para empezar a poner denucias a gente por sacar una foto mía", afirma, antes de reconocer que siempre ha sido una persona "muy discreta" que ni airea su vida ni le interesa que nadie sepa lo que hace en su privadadad, aunque se lo toma con resignación, cierto cachondeo y mucha paciencia: "Yo qué voy a hacer. Pues hago lo que ves que hago, que es nada, dejar que pase cuanto antes", concluye.

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