Madrid - Publicado el - Actualizado
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Lo sucedido en la tarde de ayer en el partido de Liga entre Celta y Granada ha destapado la caja de los truenos en el seno del club vigués. Ningún estamento de la entidad entiende cuál es el rasero de los colegiados a la hora de tomar decisiones tan importantes como la de expulsar a un jugador.
Ante el cuadro andaluz, dos futbolistas del Celta vieron la tarjeta roja directa tras intervenir el VAR y ser cotejadas las imágenes por el propio colegiado del partido, el navarro Prieto Iglesias. Jorge Sáenz se fue a la ducha a los diez minutos de arrancar el choque por un pisotón sobre Soldado y, dieciocho minutos después, el expulsado fue Fran Beltrán por llegar tarde a un balón dividido con un jugador del Granada.
Una vez finalizado el choque, fueron el técnico Fran Escribá y el capitán Hugo Mallo quienes manifestaron su malestar y aseguraron no entender el principio de algunas normas y por qué se aplican de modo diferente en los distintos partidos.