Un RCD Mallorca ilusionante planta cara al Real Madrid

Muriqi marca el primer gol de la temporada bermellona para igualar el gol de Rodrygo. Un tiempo para cada equipo y Mojica deslumbra en su debut en el empate 1-1

Jordi Jiménez

Mallorca - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

El RCD Mallorca pasó por todas las fases en su estreno liguero ante el Real Madrid, excitación, preocupación, temor, recuperación, euforia, de nuevo temor. En una noche de bochorno en Son Moix en pleno mes de Agosto, los bermellones se desfondaron ante el Supercampeón de Europa, que también acusó el cansancio en el segundo tiempo tras jugar horas antes en Polonia y la falta de rotaciones.

Tras un arranque eléctrico de los bermellones en el que se vio claro que el debutante Jagoba Arrasate les había dejado claro que había que acabar jugadas (Dani y Samú fueron los primeros en tirar) y tratar de no dejar correr al Real Madrid, los blancos se hicieron sin embargo pronto con la situación mereced a un golazo de Rodrygo, con todas sus estrellas pisando área: Mbappe en su estreno en España, Vinicius, Bellingham y el propio Rodrygo.

En esa fase de la primera parte al Mallorca se le vio sufrir, cada pérdida era una carrera hacia atrás, los blancos son aviones y es muy difícil seguirles, no hay seguramente equipo en el mundo tan peligroso con espacios. Incluso los corners a favor eran un peligro porque el Mallorca tenía dificultades para parar en origen las contras. Pero los de Jagoba Arrasate supieron arroparse, tomar aire, aguantar. Es lo que les pedía el técnico en la pausa para beber a la media hora de juego. Había que llegar vivos al descanso, que no empeorara la situación. Al mismo tiempo les pedía más precisión en el pase para llegar en mejores condiciones por los costados, buscando cambios de orientación diagonales que encontraran en igualdad a sus laterales.

La sensación que daba el partido era que el Real Madrid, que venía con la inercia de la alegría de Polonia donde habían levantado el primer título de la temporada, se vio en una faena aparentemente sencilla por cómo fue el primer tiempo y en ausencia además de jugadores de refresco se dejó ir. El RCD Mallorca, que ya había forzado muchos saques de esquina, supo detectar esa bajada de tensión de los blancos. Dani Rodríguez le puso un balón estupendo desde la esquina a la cabeza de Muriqi, que con poca oposición en la defensa zonal blanca, hizo un remate de lo que es él, un delantero centro puro.

El Real Madrid se había adelantado con un gran gol de Rodrygo nada más arrancar el partido.

El gol de Muriqi levantó completamente al Mallorca que detectó un rival conformista y empezó a jugar con criterio, con algunos jugadores que emergieron y que cuantos más minutos acumulaban en las piernas mejor parecían jugar, y fueron los dos fichajes, Johan Mojica y Takuma Asano. El japonés creció en el partido hasta quedarse sin fuerzas, mientras que el colombiano, ya el más destacado en el primer tiempo en el aspecto defensivo, igualando duelos a gente muy veloz, se sumó al ataque en el segundo tiempo poniendo algunos de los mejores centros que se han visto en los ùltimos tiempos en Son Moix.

La zurda de Mojica empezó a dibujar roscas que horas después estarán emocionando todavía a Vedat Muriqi, lágrimas del delantero viendo como al fin alguien le pone balones en condiciones para un delantero centro. Cuántos partidos la pasada temporada viendo pasar balones lejos de su alcance o melones imposibles de rematar. Mojica, reciente subcampeón de la Copa América ante la Argentina de Scaloni que le miraba atentamente desde el palco de Son Moix, dio un recital y fue el jugador que levantó a la gente de los asientos.

Un Mallorca de mucha continuidad de la pasada temporada que no echó en falta a Rajkovic pese a lo importante que ha sido el meta serbio. Y es que Greif tiene su oportunidad, y demostró sus buenas cualidades ante los blancos, Mojica eleva el nivel del lateral en el que Lato tendrá que dar un paso adelante.

Pero más allá de un par de posiciones, el cambio sustancial del Mallorca es conceptual y empieza con el cambio de entrenador. Arrasate quiso mantener el 4-3-3, 4-5-1 en defensa, pese a no tener más que un extremo, Asano, porque es su idea de juego, y apostó por Dani en lugar de Larin como se pensaba en la izquierda. El gallego ya ha demostrado hacer todo lo que puede en cualquier posición y no le es ajeno aunque no sea su sitio el extremo izquierdo.

Sacando el balón desde atrás cuando se podía, lo que no era fácil con un Real Madrid presionante, la medular queda clara con Mascarell de pivote y Darder junto a Samú como volantes. Darder tiene que dar un paso adelante importante, ahora está más en contacto con el balón pero sobre todo ve el campo más de cara con jugaodres que atacarán espacios, ahí es donde el mallorquín puede dar su mejor versión.

El Mallorca se desfondó y hasta pudo ganar el partido, entrando Larin de refresco en la izquierda y con la llegada de Antonio Sánchez, cazaron varias contras los locales que pudieron darle la victoria, pero por dos veces Antonio Sánchez estuvo desafortunado en el remate, demasiado tiempo para pensar, demasiado fácil en apariencia, por ahí el mallorquín se nubló.

Un punto para crecer y para ilusionarse, un equipo que sacó su calidad y se creció ante la calidad que tenía en frente y en la grada, porque nada menos que Rafa Nadal y Rudy Fernández se juntaron en Son Moix, el baloncestista homenajeado y con saque de honor con la zurda tras su retirada. Gritos de Rudy, mallorquinista de cuna que pasó por las inferiores del Mallorca antes de decantarse por el baloncesto.

El RCD Mallorca dejó muy buen poso ante 23.010 espectadores con un estadio en rojo. La presencia madridista, siempre notable en la isla quedó muy reducida en el coliseo bermellón, en el que no se batió récord de asistencia. Pese a estar todo vendido, faltaron abonados y si se piensa es lógico, con tanta gente fuera en lo que antes eran torneos de pretemporada y ahora son partidos con puntos.

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