Cuatro goles y un funeral del RCD Mallorca en Villarreal

"Primero hay que reconocer que estamos mal, ver el diagnóstico y luego trabajar para ser más competitivos. No olvidar estas tres derrotas porque tenemos mucho que aprender de esto".

Jagoba Arrasate no se lo explica, se fueron de vacaciones felices de la vida con un nivel de confianza altísimo, ganando incluso cuando no era para ganar, como en Getafe, y han vuelto de las vacaciones desconocidos. 

El RCD Mallorca sufrió la tercera goleada en el tercer partido de 2025. Una mala noche la puede tener cualquiera, fueron vapuleados por un segunda RFEF, el Pontevedra, algo que ya era sintomático de que el equipo no había vuelto igual de enchufado del parón. Le siguió la goleada del Real Madrid en la Supercopa, con resultado engañoso porque ahí el equipo compitió mejor, lo que puede atribuirse a la adrenalina de un escaparate como una competición con muchos focos. Dos goles fueron en el descuento con el partido resuelto. Salir goleado por el Real Madrid no entra dentro de lo anómalo.

Pero cuando se produce una tercera goleada en el tercer partido que juega el equipo  es que se trata de un problema cronificado en este arranque de 2025. Algo falla cuando el Mallorca pierde la solvencia defensiva, lo que le había traído hasta aquí, a estar en puesto europeo al final de la primera vuelta.

El Mallorca marca pocos goles, pero su fortaleza estaba en su intensidad, su valentía y su eficacia defensiva, era de los menos goleados de Primera División. Encajar 10 goles en tres partidos y sin marcar un solo gol enciende las señales de alarma.

¿Y cómo sucedió todo? Cuesta entender lo ocurrido en la Cermámica ante el Villarreal. Fue un torbellino de furia amarilla la que arrasó al Mallorca, fueron cuatro, pudieron ser más, un Mallorca noqueado que no sabía dónde estaba. Se repitieron algunas cosas de la primera vuelta, el equipo de Marcelino, lleno de velocidad, eléctrico y con peloteros como Baena y Parejo capaces de desequilibrar, de romper líneas, de aprovechar los espacios, mató al Mallorca.

Lo hizo en la primera vuelta en Son Moix, aunque aquel día el Mallorca pudo salvar los muebles y casi empata, sólo al final el Villarreal marcó en el descuento. Pero en la primera parte ya pudo ser escandaloso. Álex Baena encontraba espacio tras los pivotes y lanzaba contras mortales.

Anoche fue igual en cuatro golpes mortales. Se abrió la lata con un gol a balón parado de Logan Costa en un córner, de los que duelen porque ahí el Mallorca es fuerte. Y luego el desastre, con el Villarreal dándole balón y espacio al Mallorca, los bermellones trataban de salir con tres, retrasándose o bien Samú o bien Mascarell para iniciar el juego, el Villarreal esperaba y sabía dónde apretar para robar una y otra vez. Tampoco el Mallorca supo buscar el balón largo a Muriqi y Larin al que tan buen partido suele sacar, porque ahí el Villarreal es cierto que también es muy fuerte físicamente y los duelos no están tan claros. 

Lo cierto es que una y otra vez el Villarreral encontró vía libre a su velocidad, incapaz el Mallorca de abortar las contras con alguna falta, los amarillos destrozaban una y otra vez. Cuatro goles en siete minutos y medio, lo que es récord negativo del Mallorca en Primera, su peor primer tiempo en Primera, y es el segundo registro en la historia de la liga sólo por detrás de una goleada del Valencia al Málaga con cuatro goles en seis minutos. 

Nada es casual, se trata sin duda de una baja de líneas generalizada del RCD Mallorca. Jagoba Arrasate se incluye en la ecuación, como no puede ser de otra manera como máximo responsable de que el equipo esté muy lejos de lo que le hizo reconocible. El Mallorca ha perdido su esencia, su sitio, su identidad, lo que le hizo reconocible en la primera vuelta. Como hemos dicho aquí otras veces, si el Mallorca se confunde es un equipo vulgar. Es un buen equipo siempre que dé un nivel alto de competitividad, no puede aflojarse, no le sobra la calidad, no es un equipo para someter con su calidad, es un equipo para dar un nivel alto y entonces es competitivo. 

Cuatro cambios.-

Tras la debacle del primer tiempo, Jagoba Arrasate quitó a los amonestados, Darder y Dani (menuda amarilla la suya, le empujan y empuja sin querer a un rival), además de Samú Costa y Maffeo. Entraban Copete para pasar a defensa de cinco, Mateu, Antonio Sánchez y Robert Navarro. El partido estaba liquidado pero se trataba de evitar una sangría aún mayor y el sonrojo, más aún. Los bermellones se agruparon mejor con el 5-3-2, más juntos, como repetían los mismos jugadores al iniciar la segunda parte. Algún cabezazo de Muriqi y algún tiro de Mojica, de lo poco en ataque de una noche sonrojante que debe provocar una catarsis en el equipo. No queda otra opción que volver a lo que eran.