El día más difícil para Sergi Darder

"Ha sido un día de muchas emociones", afirma el centrocampista del RCD Mallorca tras escuchar silbidos en su regreso a Cornellà cada vez que tocaba el balón

Jordi Jiménez

Mallorca - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

      
      
             
      

En el fútbol parece que los únicos que no pueden irse de un sitio son el futbolista y el entrenador. Las aficiones quieren a sus jugadores como si fueran de la familia siempre que no les fallen, olvidando en muchas ocasiones que, por más vínculo que tengan con un club, por más compromiso y honradez que puedan mostrar jugando en un equipo, son profesiones que deben mirar por ellos mismos en una carrera corta, que es ley de vida que tengan que irse.

El fútbol hoy ha cambiado mucho por desgracia en ese aspecto, antiguamente lo clubes tenían jugadores identificables durante muchos años, no era un mercado tan abierto. Había jugadores que estaban toda la vida en un club o casi. Reconocías a un equipo por sus jugadores. Esta misma semana en Deportes Cope Baleares hablaba Paquete Higuera, quien estuvo media vida entre Mallorca y Zaragoza

En muchas ocasiones, son los clubes los que deciden no seguir contando con un futbolista porque legítimamente buscan otra cosa, o simplemente consideran que pueden o deben prescindir de un jugador. En aquel momento el jugador está liberado de "culpa", pero si es el futbolista el que decide marcharse, por las razones que sean, que pueden ser muy variadas y si es un jugador apreciado por la afición, rara vez se perdona. 

Con los entrenadores aún se recrudece más la situación, su "vida" en un club es mucho más corta, vive en el alambre, en cualquier momento puede irse a la calle. Si por contra tras una buena labor es el propio técnico el que decide irse, en lugar de agradecimiento por su buen trabajo puede suceder que no se le perdone tampoco.

A Sergi Darder no le perdonan muchos espanyolistas, por lo visto el pasado sábado, haberse "bajado del barco" tras el descenso. Era el capitán y un canterano espanyolista pese a ser mallorquín, puesto que llegó siendo un chaval de 13 años a la cantera del Espanyol. Al club perico le debe su carrera, nunca lo ha ocultado el centrocampista. 

Pero cada futbolista es una persona con sus circunstancias, necesidades, problemas, deseos... Darder decidió un cambio de aires y volver a casa a jugar por primera vez en el equipo de su tierra. Lo había pasado muy mal en el Espanyol, había llevado el brazalete y dado la cara cada semana en una temporada para olvidar. 

      
             
      

El Espanyol, contrariamente a lo que se piensa fuera de Catalunya, se le tiene por equipo pequeño por tener a un gigante al lado como el FC Barcelona, es un equipo sometido a mucha presión y tensiones. Historia obliga. Ante el Mallorca lograba su victoria número 1000 en Primera División, sólo seis equipos más han llegado a ese número redondo, lo que da perspectiva histórica.

Estamos hablando de un histórico en un ciclo muy difícil de descensos y ascensos, de  desconcierto en el rumbo del club en la historia reciente, pero un club de gran arraigo y que supera los 30.000 socios. Todo ello siendo un club maltratado por una parte de su propia sociedad, como si los del Espanyol fueran menos catalanes que ellos (ya saben lo de buenos y malos catalanes, tan viejo como la manipulación de masas), pero también maltratado en los institucional y mediático. En suma, un club acostumbrado a pasarlo mal y cuya afición necesita referentes.

El Darder referente les falló a muchos, pero también mentiras mediante, porque no se contó la verdad y se dejó a los pies de los caballos a un jugador que al final iba a dejar un traspaso muy importante para el Espanyol. Ha sido uno de los fichajes más caros de la historia del RCD Mallorca (8`5 millones). 

      
             
      

Sucedió exactamente lo mismo en la isla con Vicente Moreno que hizo el recorrido opuesto, muchos mallorquinistas no perdonaron al técnico marcharse al rival por la permanencia, con el equipo yéndose a Segunda División. El tiempo ha ido curando unas heridas que no pueden seguir abiertas de ninguna manera, Moreno es historia del Mallorca y él sabe sus circunstancias, las que le llevaron a cambiar de aires. Cada uno, club y técnico, defendían sus intereses y no coincidieron. Es el fútbol. La afición del Mallorca, por más dolida que pudiera estar porque Moreno fue su referente, les sacó de Segunda B y les llevó a Primera en dos ascensos seguidos, debe gratitud a un técnico que hizo un gran trabajo. Y mirar para adelante. Acordarse de lo bueno y olvidar o perdonar lo que no nos gusta, forma parte de la vida buena.

Sergi Darder lo pasó mal en Cornellà el sábado, se le veía desorientado, desanimado ante cada bronca del público, de la que había sido su afición, la que tanto le había aplaudido. Hay que estar ahí para entender lo que pasa por dentro. Hizo un pésimo partido como todo el Mallorca, tocó poco el balón y mal, superados por los blanquiazules en todo momento, hasta que Jagoba Arrasate cambió el plan (tarde) e hizo un cuádruple cambio. Si hubiera podido seguramente hubiera hecho más. Darder se fue el banquillo al poco de iniciarse la segunda mitad y ahí pudo calmarse.

Tras el partido el jugador dejaba reflexiones interesante, comprensivo y conciliador con la gente que le había pitado. "Ha sido un día de muchas emociones, muy especial. Es verdad que feliz no lo puedes decir después de haber perdido, pero reencontrarte con gente con la que has estado seis años, más cinco en la cantera, son once años. Casi la mitad de mi vida en un sitio que voy a querer toda mi vida. Más alá de los silbidos me quedo con las cosas positivas. Sé que no he hecho daño a nadie, sólo hacer lo que tienes que hacer para ser feliz, cuando no estás a gusto te tienes que ir, en cualquier trabajo se hace, en el fútbol parece más difícil cuando tienes un sentimiento y siendo el capitán. Pero me quedo con las cosas positivas, he sido muy feliz aquí y les deseo lo mejor".