El RCD Mallorca regresa a una final de Copa del Rey 21 años después

"A Sevilla oé,oé" gritaban los futbolistas bermellones, o "es una L" repetían todavía en el césped recordando a Merino su celebración en Son Moix

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"A Sevilla, oé", los sonidos del finalista de Copa del Rey, el RCD Mallorca

Jordi Jiménez

Mallorca - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

En un día lluvioso tanto en San Sebastián como en Palma, dos ciudades unidas por el mar, el saber vivir y por el santo patrón de Palma, el RCD Mallorca se metía en su cuarta final de la Copa del Rey, contra todo pronóstico y contra todo. Nadie daba un duro por este Mallorca "aguerrido" (por combativo y por Javier Aguirre).

Lo tenían todo en contra, los pronósticos, el favoritismo del equipo superior (16 puntos le lleva en liga la Real Sociedad en liga), los precedentes increíbles. El Mallorca llevaba 11 partidos sin ganar a la Real entre liga y Copa, llevaba nueve visitas a Anoeta sin marcar. No marcaban desde 2007 en ese estadio, y no ganaban desde 2013. Se dice pronto. Ha llovido mucho, tanto como en Guipúzcoa en el día de ayer desbordando algunos ríos. Se enfrentaban a todo un Reale Arena con más de 30.000 realistas empujando a su equipo.

Desbordada estaba la alegría de los futbolistas del RCD Mallorca, de sus 500 seguidores en Anoeta, muy pocos han disfrutado de una final de la Copa del Rey, pocos habían llegado hasta ahí, Jaume Costa, uno de ellos, así lo recordaba: "se merecen vivir algo así" decía el lateral antes de su directo de instagram en el que los jugadores recordaban a Mikel Merino su celebración en Son Moix hace un par de semanas llevándose el dedo índice a la boca. Merino dijo que hacía la L siempre en los goles para dedicárselos a su mujer y que no había querido mandar callar a Son Moix. Pero no le creyeron, esa imagen parece haber servido de acicate en el vestuario del Mallorca a tenor de lo poco que tardaron los jugadores en mostrar la L en plena euforia. Fútbol señores, quien se enfade por esto es que no entiende el deporte Rey, donde las dan las toman se suele decir, pero también que la rivalidad y los piques son tan antiguos como el deporte, y que ahí deben quedar, por más que hiperventilados en las redes no lo entiendan.

Pero vayamos a lo sustancial y no a lo anecdótico, y lo sustancial es que el Mallorca desplegó todo un "Manual de Resistencia", ríanse de Pedro Sánchez, el Mallorca es la resistencia. Sobrevivió porque se tomó el partido como uno más, no sólo lo dijeron antes, es que lo pareció, no hubo dramatismo en su puesta en escena, no hubo nada especial, no se vio a un equipo hipertensionado. Todo lo contrario que la Real, muy responsabilizada por jugarse la temporada en esa carta de la Copa y ante su afición. Y esta gestión de partido corresponde a un hombre, Javier Aguirre Onaindía, el "vasco", vaya lugar escogió precisamente el técnico mexicano para buscar otra final de Copa del Rey, tras meter a Osasuna hace casi 20 años.

Qué curioso que Aguirre y el Mallorca se hayan dado esta oportunidad mutua, el club vuelve a la final 21 años después de su última final y la que supuso la conquista de la Copa, y Aguirre también dos décadas después, en 2005 al perder ante el Betis del mallorquín Serra Ferrer.

Algo grande se intuyó cuando antes de la tanda de penaltis el corrillo del RCD Mallorca eran risas, empujones, abrazos, como si ya hubiera finalizado ese martirio para los jugadores que son los penaltis. Es una imagen alucinante, quizá la imagen de toda la Copa del Rey, la escena que redunda en la fama de entrenador que se las sabe todas. En gestor de grupo. Personas en edad de jubilación que sean capaces de transmitir esa experiencia, conocimiento, que tengan la oportunidad de seguir trabajando, es algo bueno no sólo para el fútbol, nos vale para la vida. Si una persona quiere seguir a los 65, está con ganas de seguir aportando, por qué un número, una edad, les tiene que apartar. El fútbol se rige en eso por otras reglas porque a Aguirre le llegó esta oportunidad de volver a España y ahora disfruta de la recompensa, como el Mallorca que recupera viejas sensaciones en sus sufridores aficionados, aquellos que recordaban los tiempos de gloria con nostalgia y se han "comido" una travesía dura, en Segunda y Segunda B, y con vergüenzas institucionales en la década anterior.

Pero sobre todo se lo merecía toda una generación de jóvenes mallorquinistas que viven algo nuevo, algo que habían visto en imágenes. Como el propio Darder, el gran protagonista, que era un crío cuando el Mallorca ganó la Copa en 2003.

Greiff y Darder, los hombres.-

No puede ser casual que los dos grandes protagonistas de la noche fueran los dos jugadores que lo han pasado peor por diferentes razones en ese vesutario. Greif estuvo casi un año fuera de los terrenos de juego por sus problemas de espalda, un fichaje importante del club que ahora ha demostrado por qué el club fue a buscarle, cuando ha tenido salud. Greif detenía el penalti de Brais Méndez en la primera mitad tras mano de Raíllo. Era un presagio de lo que vendría.

Tras el gol de Giovanni, golazo de cabeza, el empate de Oyarzábal nada más saltar al campo, después llegaría la increíble doble salvada de Samú Costa en la línea de gol a remates de Merino y Tierney, cuando parecía que todo acababa. Pero estaba escrito en algún lado. Tras el final de la prórroga llegaría el gran momento de los penaltis.

Greif detenía el primer lanzamiento en la tanda al especialista, Oyarzábal. Y a partir de ahí lanzamientos impecables de Muriqi, Morlanes, Mascarell, Radonjic y...el otro gran protagonista, Sergi Darder. Si el meta lo ha pasado mal por su salud, Darder por su fútbol y por no acabar de encajar aún en el equipo de su tierra. Él que renunció a otras ofertas en teoría mejores para venirse al Mallorca en el que nunca había jugado. Se la jugó Aguirre dándole el último lanzamiento, el que podía ser decisivo, a un jugador que no pasa por su mejor momento de confianza, si le salía bien era la redención y cambiar la historia, si le salía mal, una losa para el propio jugador.

Darder pasa a la historia del Mallorca cuando acaba de llegar, no se imaginaba algo así tan pronto, y este penalti que también para él es un vuelco en su etapa recién iniciada en el Mallorca. El RCD Mallorca regresa a la final de Copa del Rey 21 años después de levantar el trofeo en Elche.

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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