La historia sobre zancos de Mario García: El danzador de Anguiano

Anguiano acoge estos días sus fiestas patronales por la Virgen de la Magdalena con la tradicional "Danza de los Zancos"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Desde ayer tienen lugar las tradicionales "Danzas de los zancos de Anguiano" danzas que tienen más de 400 años de historia, declaradas "Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO" en honor a las fiestas de su patrona, la Virgen de la Magdalena que se celebran durante los días 21 a 25 de julio.

Ayer domingo fue la primera "bajada de la cuesta" de los ocho danzadores nativos de Anguiano, por la famosa cuesta, para ser recogidos por el llamado "colchón" al final de la cuesta. Este "colchón" es un grupo de gente que se coloca al final de la cuesta para poder frenar y amortiguar cualquier posible caida de los danzadores por la velocidad y la fuerza a la que bajan.

Hoy en COPE hemos hablado con Mario García, un joven danzador de 25 años "danzador titular" desde 2021, que nos ha contado su historia, desde que empezó practicando en las "eras" del pueblo y hasta su debut bajando la cuesta en 2018. Debut que además supone la primera bajada por la cuesta de los danzadores, ya que hasta ese momento no bajan por la cuesta.

Los danzadores descenderán por la cuesta en honor a Santa María Magdalena

Historia de una tradición

Nos ha contado Mario que es el primero de su familia en danzar, y que su inquietud por tomar parte en esta tradición no le viene por su familia, sino que fue por dos amigos suyos que le animaron.

Nos ha contado además, que es todo un orgullo poder danzar, además teniendo en cuenta que es el primero en su familia, y poder ver a su madre y a su abuela que dice, "son las que están encima de él todos los días".

Ha pasado ya mucho desde su primera vez y aunque recuerda más bien poco de su debut, recuerda que fue "todo un chute de adrenalina" y que disfrutó mucho. Recordaba Mario que sus amigos le decían "pero no nos escuchabas" y él no oía nada, "era como estar en otro mundo". A día de hoy, aunque esos nervios siguen florenciendo en los momentos previos, la experiencia y la práctica a lo largo de los años, le han dado mucha confianza y seguridad y dice "disfruto mucho más".

Y desde esa primera vez, Mario nos contaba que siempre le ayuda a atrase los zancos el mismo chico del pueblo y su padre, una de las pequeñas tradiciónes que sigue, que a pesar de que él no las considera como tal, le ayudan "a sentirse más seguro" durante estos días.