Los apicultores añaden la sequía a sus principales preocupaciones

El pasado sábado, 20 de mayo, se celebró el Día Mundial de las Abejas, que son unos insectos mucho más importantes de lo que nos podamos llegar a imaginar, porque, por ejemplo, casi el 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse; o el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización. Y es que los polinizadores, de los que las abejas son las más importantes, no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad.

Lo sabe bien Álvaro Garrido, apicultor riojano que está considerado como el mejor maestro melífero de España.

Este 23 de mayo ha pasado por los micrófonos de COPE Rioja para analizar la situación del sector, que sigue sin descartar movilizaciones ante la actual crisis que amenaza a los apicultores, que ahora han tenido que añadir la sequía a sus principales preocupaciones, que pasan por seguir combatiendo a la avispa asiática que diezma sus colmenas.

Las tasas actuales de extinción de las abejas son de cien a mil veces más altas de lo normal debido a la repercusión humana. "Casi el 35% de los polinizadores se ven afectados, en particular las abejas y las mariposas, por la acción del hombre. Los polinizadores han disminuido de manera preocupante debido, en gran medida, a prácticas agrícolas intensivas, cambio en el uso de la tierra, utilización de severos plaguicidas, especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y, por supuesto, el cambio climático", aclara Álvaro.

"Los agricultores y los responsables de las políticas tienen un papel importante en la protección de nuestros polinizadores, pero también hay cosas que nosotros podemos hacer. De seguir esta tendencia, algunos cultivos nutritivos como la fruta, los frutos secos o las hortalizas serán sustituidos cada vez más por los cultivos básicos como el maíz, el arroz y la patata, lo que podría desequilibrar nuestra dieta", precisa este profesional.

"Conscientes de lo que está pasando, es necesario concienciar a los más pequeños sobre la importancia de las abejas y aplicar los mínimos pesticidas en el campo, además de consumir productos directamente elaborados por los apicultores para que podamos continuar con nuestro trabajo", recomienda el titular de Campomiel.

Álvaro considera que su tierra, La Rioja, ofrece un microclima perfecto para que puedan subsistir las abejas en los meses que van del otoño al verano. "Como apicultor, desde 1997 imparto cursos de formación que han venido dando sus frutos, porque mucha gente ha montado sus colmenas y explotaciones profesionales para garantizar el relevo generacional en nuestra Comunidad Autónoma, si bien el número de verdaderos productores se ha reducido considerablemente en los últimos años", concluye Garrido.