Sufre un robo en plena calle en Logroño, se desmaya y lo que revelan las cámaras de seguridad le deja en evidencia
Todo comenzó cerca del vehículo de la mujer y una denuncia de robo
Logroño - Publicado el
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Es la historia de un presunto robo que dio un giro inesperado. Agentes de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja han detenido a una mujer de 48 años, acusada de simular un delito y cometer una estafa. Todo comenzó con un aparente desmayo cerca de su vehículo y una denuncia de robo que, tras una investigación minuciosa, resultó ser un elaborado engaño.
La mujer había acudido a la policía para denunciar que, tras cerrar su negocio en una céntrica calle de Logroño, sufrió un desmayo mientras transportaba la recaudación del día, unos 1.520 euros. Según su relato, al despertar, descubrió que alguien había sustraído el dinero de su maletero.
Un agente de Policía Local fue quien inicialmente le prestó ayuda, llamó a un equipo sanitario y realizó las primeras indagaciones. Sin embargo, desde el principio, las circunstancias generaron dudas, ya que la mujer no echaba en falta otras pertenencias de valor.
Investigación y un giro inesperado
La policía inició una investigación revisando cámaras de seguridad de la zona. Las grabaciones revelaron un escenario completamente distinto al relatado por la denunciante. En las imágenes se observó cómo la mujer, que utiliza un andador, abrió el maletero de su coche y colocó su mochila en su interior. Minutos después, vigiló cuidadosamente el entorno y, sin un golpe ni motivo aparente, se dejó caer suavemente al suelo, permaneciendo consciente y realizando movimientos deliberados.
La investigación también constató que, en lugar de un robo, solo dos personas se acercaron para auxiliarla, sin evidencias de sustracción alguna. Además, este no era el primer incidente de este tipo protagonizado por la mujer, quien cuenta con antecedentes policiales por un hecho similar.
La mujer ha sido detenida por un presunto delito de simulación y otro de estafa. Este caso destaca el esfuerzo de las autoridades para esclarecer los hechos y evitar el uso indebido de recursos públicos. Una vez más, la realidad supera a la ficción, demostrando que incluso los desmayos más dramáticos pueden esconder insospechadas intenciones.