¿Dónde colocar las cadenas de nieve en el coche?: Guía rápida para conducir seguro

Como indica la Dirección General de Tráfico, DGT, “en condiciones de poca adherencia, todos los tipos de cadenas se montan siempre sobre las ruedas motrices, las que reciben la fuerza del motor”. 

¿Cómo se concreta? Si tenemos un vehículo 4x4, tendremos que colocar cadenas en cada rueda. Para los vehículos 4x2, las cadenas van en las ruedas que tengan la tracción y fuerza del motor, ya sea delante (vehículos de tracción) o detrás (vehículos de propulsión). 

De esta manera, gracias a las cadenas recuperaremos la adherencia perdida a causa de la nieve.

Colocar las cadenas paso a paso

Para colocar las cadenas de nieve en nuestro vehículo, es recomendable practicar con anterioridad para conocer el mecanismo de las mismas. Sin embargo, si te encuentras en una situación inesperada, aquí te explicamos cómo puedes instalarlas sin dificultad.

El primer paso es estirar las cadenas y desenredarlas.

Despejar de nieve alrededor de las ruedas, limpiando la zona.

El siguiente paso es pasar las cadenas por detrás de la rueda con ayuda del cable, y enganchar los dos extremos, de forma que las cadenas cubran la rueda.

El último paso es fijar el enganche por la parte delantera de la rueda y tensarlo bien.

Es recomendable que, tras colocar las cadenas, movamos el vehículo unos 100 metros y ajustemos las cadenas de nuevo, ya que suelen acomodarse con el movimiento. 

Para finalizar, se recomienda no sobrepasar los 40 kilómetros por hora para no dañar las cadenas. La velocidad máxima que aguanten vendrá indicada por el fabricante.

¿Qué es mejor, cadenas o fundas para la nieve?:

Sobre nieve dura, los dos sistemas funcionan casi igual, mientras que en la nieve fresca y el hielo negro, las cadenas son más eficaces. También son más resistentes y se deterioran más lentamente en las carreteras en las que se ha limpiado la nieve. 

Las fundas, sin embargo, son mucho más fáciles y rápidas de colocar.

Las cadenas son compañeras de viaje prácticamente prácticamente imprescindibles. Pero es cierto también que optar por neumáticos 'all season' puede ser una excelente solución para quienes enfrentan condiciones climáticas variables durante la temporada fría.

Estos neumáticos no solo permiten circular sin cadenas en carreteras cubiertas de nieve, sino que también contribuyen a reducir el consumo de combustible. El invierno en España puede ser frío y extremadamente variable, con temperaturas que fluctúan entre grados bajo cero y hasta siete grados positivos en muchas regiones. Esta variabilidad climática puede presentar un desafío significativo para los conductores.

En este contexto, los neumáticos all season se destacan como una opción recomendable. A diferencia de los neumáticos de verano, que son menos efectivos en condiciones frías y húmedas, los neumáticos all season están diseñados para ofrecer un mejor agarre y un comportamiento más seguro en situaciones invernales, como lluvia y nieve.

Uno de los principales beneficios de los neumáticos all season es su capacidad para adaptarse a diferentes condiciones climáticas. Este rendimiento superior se traduce en una conducción más confiable, especialmente en situaciones donde la adherencia es crucial.

Además de su rendimiento en carretera, los neumáticos all season también tienen la ventaja de ser más eficientes en términos de consumo de energía. Aunque pueden tener un precio ligeramente superior al de los neumáticos convencionales, el costo adicional se justifica por el ahorro en combustible que ofrecen.

Esto se debe a que su diseño está optimizado para minimizar la resistencia a la rodadura, lo que contribuye a un menor consumo de gasolina o diésel. Para muchos conductores, esto puede representar un ahorro significativo a lo largo del tiempo, especialmente con el aumento de los precios del combustible.

El truco que recomienda la DGT

Si no queda más remedio que pasar por una de las zonas conflictivas, ten siempre el depósito del coche lo más lleno posible, compra unas cadenas y no dudes en echar un termo y una manta. Lo primero que tendremos que hacer es bajar nuestras expectativas y armarnos de paciencia.

Levantaremos el pie del acelerador y circularemos a punta de gas, a una velocidad lo suficientemente lenta como para que, de perder el control, no suframos un impacto fuerte. Del mismo modo, aumenta mucho la distancia de seguridad. Igual de importante es pisar el freno con muchísima suavidad. Pisarlo por completo nos hará perder adherencia y patinar.

Se recomienda circular con marchas largas para circular a velocidades bajas y limitar las aceleraciones. En cambio, si estamos bajando un puerto de montaña, lo ideal es circular con marchas cortas y utilizar el freno motor en la mayor parte de los casos para recurrir al uso del freno lo mínimo posible.

Además, no debemos olvidar pegar el vehículo lo máximo posible a la derecha, con el objetivo de liberar el máximo posible para que pasen otros vehículos mejor preparados y, sobre todo, los servicios de emergencias. Además, si tenemos que parar, no debemos tensar al máximo el freno de mano, pues se puede congelar y será más complicado de retirar.