BANCO DE ALIMENTOS
El Banco de Alimentos alerta de que 36.525 toneladas de alimentos acaban en la basura
además de atender a cerca de 9.000 familias en Navarra, el BAN ha evitado el desperdicio de 2.572 toneladas de alimentos
Pamplona - Publicado el - Actualizado
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El Banco de Alimentos de Navarra (BAN) alerta de que 36.525 toneladas de alimentos terminaron en la basura en el último año, a pesar de que el desperdicio alimentario en los hogares navarros se redujo un 6,2 %.
Son datos trasladados este miércoles en una jornada divulgativa del BAN, celebrada en el Civivox del barrio Iturrama de Pamplona, y en la que han participado estudiantes de ESO y Bachiller para conocer mejor esta problemática.
La presidenta de la entidad, Marisol Villar, ha cuantificado ese volumen de desperdicio, tanto de agua como de gases de efecto invernadero que el Banco de Alimentos ahorra con su labor cada año.
Así, ha destacado que, además de atender a cerca de 9.000 familias en Navarra, el BAN ha evitado el desperdicio de 2.572 toneladas de alimentos, lo que equivale a evitar el despilfarro de 974 piscinas olímpicas o a la reducción de la huella de carbono que supondrían 32 viajes de avión entre Madrid y Nueva York.
En la jornada también ha intervenido la directora general de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, Ana Bretaña, quien ha explicado que “el desperdicio alimentario incide negativamente en el medio ambiente, tanto por el derroche de los litros de agua necesario para el cultivo de esos alimentos, como por los gases de efecto invernadero que produce su transporte”.
En ese sentido, Bretaña ha calificado el desecho de alimentos como “un problema de primer nivel que afecta a todas las esferas, social, económica y medioambiental”.
Además, “afecta gravemente al medio ambiente porque tiene un impacto muy importante en las emisiones que se producen al generar esos alimentos. Entre el 8 % y el 10 % de las emisiones de efecto invernadero están producidas por alimentos que se desperdician”.
En la jornada ha participado alumnado de los siguientes centros educativos ubicados en Pamplona: María Inmaculada, El Molino, San Ignacio, San Cernin, Hijas de Jesús y Sagrado Corazón; así como de Santa Luisa de Marillac (Barañáin), IES Ibaialde (Burlada), La Presentación y Paz de Ziganda Ikastola (Villava) y el IES de Zizur.
Asimismo, han asistido representantes del Departamento de Educación, de la Asociación Lantxotegi, de la Mesa de trabajo de prevención del desperdicio, y de las mancomunidades de la Comarca de Pamplona y de Montejurra.
Villar ha destacado que durante todo el curso colaboran "estrechamente con colegios en un proyecto educativo destinado a concienciar y sensibilizar a los alumnos sobre la importancia de preservar los alimentos”. “Queremos que comprendan que no podemos desperdiciarlos, ya que producirlos implica un gran esfuerzo”, ha reivindicado.
En la sesión se han analizado algunos datos como los últimos recogidos por Eurostat en 2023 y según los cuales, por detrás de los hogares y la industria (33% respectivamente), el 20% del desperdicio alimentario proviene del sector primario y el 5% de la restauración. El 9% restante corresponde a la distribución.
La inflación, amenaza para el BAN
Según ha detallado Marisol Villar, el BAN atiende actualmente a alrededor de 8.900 familias, entre las que se encuentran 570 personas menores de dos años. “La cantidad de gente que atendemos va oscilando a lo largo del año, hay meses que más y meses que menos, pero sí hemos notado un aumento de gente necesitada desde principios de año”, ha manifestado.
A pesar de existir “un programa de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona que se encarga de recoger alimentos de los supermercados que ya no pueden vender, pero se encuentran en buen estado”, ha añadido Villar, hay alimentos como el aceite y la leche que deben, directamente, adquirirlos en el mercado. En el actual contexto inflacionario, reconoce tener serias dificultades para conseguir esos productos, “y también huevos o algo de proteína”.