CONOCIENDO NAVARRA
'Conociendo Navarra': el último Almiradío de Navarra
Es el valle de entrada a los valles pirenaicos de Roncal y Salazar, el Almiradío de Navascués es singular, es el único que mantiene este nombre de Almiradío desde época medieval
Pamplona - Publicado el - Actualizado
5 min lectura
Hoy nos vamos al norte, a la entrada de los Pirineos. Una zona que se conoce Patxi muy bien y que de su mano os invitamos a descubrir, conocer y disfrutar. Vamos a recorres su naturaleza, sus foces y su patrimonio artístico y cultural.
Todos los jueves me preparo con cariño la sección pero hoy especialmente porque en este último Almiradío he pasado muchísimos días sobre todo en mi niñez y lo conozco bastante bien.
Como bien has dicho, es el valle de entrada a los valles pirenaicos de Roncal y Salazar, el Almiradío de Navascués es singular, es el único que mantiene este nombre de Almiradío desde época medieval.
Seguramente más de uno se preguntara a qué hace referencia ese nombre.
El almiradío o almirantio era lo que ahora podríamos decir una demarcación administrativa, pero en tiempos medievales era un lugar o territorio en el que el Rey delegaba la gestión en un almirante que era el que se encargaba en nombre del Rey de administrar esos lugares.
En Navarra parece ser que este cargo fue introducido por la Casa de Champaña (los Teobaldos) y hubo otros almiradios en el Reino como por ejemplo el del Burgo de San Cernin, Villava o Monreal. Pero el Almiradío de Navascués era singular, estaba formado por cuatro villas que de por sí también eran almiradíos, estas eran Navascués, Ustés, Aspurz y Castillonuevo, todas ellas componen, como era conocido en la Edad Media, el almiradío de los almiradíos. La preponderancia de Navascués sobre las demás villas hizo que se denominase al conjunto de todas ellas almiradío de Navascués.
Hay que añadir que, en la actualidad, el Almiradío de Navascués lo forman las tres primeras de esas localidades ya que Castillonuevo se constituyó como ayuntamiento propio.
Tres localidades pequeñas que como otras muchas en nuestra comunidad están en riesgo extremo de despoblación pero que mantienen como ya hemos dicho un patrimonio artístico muy importante y también un entorno naturalístico interesante.
Por desgracia así es, actualmente rondan los 200 habitantes las tres localidades juntas.
Como dices tiene un gran patrimonio naturalístico y numerosas rutas lo que le hacen ser una zona muy apreciada por montañeros y senderistas.
En este valle se encuentra una de las foces más desconocidas de Navarra y que es Reserva Natural, la Foz de Benasa, es un pequeño paraíso natural entre grandes paredes rocosas, probablemente el hecho de no haber sido tocado por la mano del hombre hace que este lugar sea maravilloso y podemos disfrutar de una vegetación espectacular con helechos, fresnos, hayas… Uno de los atractivos que esconde la Foz es la Cueva de los Moros, en donde se tiene constancia ya que investigaciones arqueológicas así lo atestiguan hubo enterramientos en la Edad del Hierro.
Otra de las opciones son algunos de los recorridos que hay en la Sierra de Illon con la Ermita de San Quirico que se encuentra en dicha sierra.
También podemos desde el puerto de las Coronas subir al Borreguil con una altitud de 1427 metros y a las campas de Ollate en donde podemos encontrar uno de los dólmenes de la zona el conocido como Dolmen del Portillo de Ollate.
En la localidad de Aspurz, tenemos dos foces unidas por un sendero señalizado. La primera de ellas es la homónima al pueblo y en donde sucedió una de las batallas más épicas en la Guerra de la Independencia en febrero de 1812 entre las tropas napoleónicas y los batallones de Espoz y Mina. La otra foz es la de Santa Colomba, también es una de las más desconocidas, pero particularmente pienso que tiene su peculiaridad y belleza que provoca el estrechamiento y por las cascadas y el agua que se embalsa de manera natural en sus pozos.
Estas dos foces están en la falda del Idokorri una de las cimas importantes de Navarra según se va subiendo podemos disfrutar de unas maravillosas vistas de Izaga, Leire e incluso San Donato, una vez arriba se vislumbran algunas de las cubres de los Pirineos.
Hace unas semanas hablamos de la Valdorba y el románico, pero aquí también nos podemos encontrar una joya románica, en la Ermita de Santa María del Campo.
Es una de las más bellas muestras del románico rural de Navarra, en origen fue parroquia del pueblo ya que la localidad de Navascués se encontraba situada en torno a esta ermita y al lado del rio Salazar, hasta 1185 cuando Sancho VI el Sabio concedió Fuero a los habitantes que se establecieran en el altozano en el que se encuentra la localidad.
Se trata de un edificio de piedra sillar con armoniosas proporciones y tejado de losa, de influencia jaquesa, tiene una nave única de tres tramos y cabecera semicircular. Un elemento poco común por su especial ubicación en medio de la nave es la torre cuadrada y esbelta del campanario. Probablemente este sea uno de los lugares de referencia de todo el valle.
Pero no solo es el único referente románico, en Ustés encontramos la Iglesia de San Saturnino formada por una sola nave de cuatro tramos con bóveda de cañón y ábside semicircular. El edificio cuenta con dos capillas laterales añadidas en el siglo XVI.
Ya que estamos hablando de Ustés, diré que es un pueblo pequeño con un gran encanto debido sobre todo al empedrado de sus calles en las que encontraras edificios nobles y una torre medieval.
Después de este paseo creo que lo mejor es terminar en una mesa con buenos alimentos.
Es una pena pero no tenemos en este momento ningún establecimiento hostelero en el valle, para que nos den de comer deberemos seguir ruta hacia otros municipios cercanos, pero si acudimos en época veraniega e incluso primaveral u otoñal podemos llevarnos comida de casa y comer en algunos de los merenderos distribuidos por la zona y en los que en más de una ocasión de txiki he comido yo.