JUEGOS OLÍMPICOS

La atleta navarra Goya Ferrer revive su carrera y cómo vivió los Juegos Olímpicos de Barcelona 92

Para Goya se empieza a hacer atletismo "con la ilusión de ser olímpica" y reconoce que "una vez que ya entras en la villa olímpica te relajas"

Alberto Sanz

Pamplona - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La atleta navarra, Goya Ferrer, nació el 4 de junio de 1963 en Zaragoza. Nacida en tierras aragonesas, pero con un profundo sentimiento navarro. Llegó con 7 años y echó raíces en la Comunidad Foral. Con 29 años voló hasta unos Juegos inolvidables como fueron los de Barcelona 92. Un evento que supuso mucho más que una competición deportiva para España. Una revolución en el deporte nacional y en el que estuvo la atleta navarra Goya Ferrer. En esos Juegos la velocista participó en la prueba de relevos 4x400.

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Barcelona 92 marcó un antes y un después en el deporte español. Pero también lo hizo en la carrera de Goya. Unos Juegos que fueron su final, pero que antes de llegar ahí había logrado batir cinco récords de España. Uno de ellos sigue vigente, y eso que han pasado más de 30 años. En 1991 en el Campeonato del Mundo celebrado en Tokio batió el récord con un tiempo de 3.27.57 junto a Sandra Myers, Julia Merino y Blanca Lacambra. Ese momento, ese recuerdo, le hace esbozar una sonrisa.

Rememora que ella no disputó las semifinales, ya que estaba lesionada. “Corrí la final con una lesión y con la presión añadida de que el día anterior mis compañeras habían batido el récord de España” dice. “Fue un momentazo” afirma sonriente, mientras añade con orgullo que “todavía sigue vigente”.

Para Goya los valores más importantes que le han aportado el atletismo son “la constancia, la disciplina y el orden”

Pero para que llegasen todos esos éxitos tuvo que aparecer en su vida su profesora de educación física en el colegio. Ella fue Dorothy González (es tía de Manu Quijera) que transmitía su entusiasmo por el atletismo. “Nos llevaba a correr cross y a la Vuelta del Castillo” rememora. Goya comenzó con 14 ó 15 años y empezó a tener nivel. “Poco a poco vas entrenando, compitiendo... Lo hacía bien y ganaba medallas” dice.

Para Goya los valores más importantes que le han aportado el atletismo son “la constancia, la disciplina y el orden”. La atleta incide en el orden, “orden en el día a día, en los entrenamientos, en tu forma de vida... Es lo que más me ha aportado este deporte a la vida. 30 años después sigo teniendo ese orden grabado”.

En ese camino a Barcelona 92 recuerda que era “muy disciplinada, hacía lo que me decían. Además tenía a un gran entrenador, Alejandro Ruiz, y confiaba en él. Supo llevarme y supo entrenarme”. Cuando llegaba la competición Goya daba un paso al frente y “daba un puntito más, un plus. Me gustaba competir”.

Desea que “ayuden” desde las instituciones al atletismo, ya que “más apoyo significa que va a haber mejores medios y si hay mejores medios los resultados van a subir”

La atleta considera que, pese a celebrar el centenario, la Federación Navarra de Atletismo “es muy joven, tiene que cumplir otros 100 con esta misma dinámico y con esta ilusión”. Afirma que “hay que seguir apoyando al atletismo, a quienes empiezan, a quienes ya tienen la carrera hecha. Hay que seguir con el atletismo que es muy bonito”.

Desea que “ayuden” desde las instituciones al atletismo, ya que “más apoyo significa que va a haber mejores medios y si hay mejores medios los resultados van a subir”. Pide que “la prensa le haga caso todo el año, que se den cuenta que es un deporte muy sacrificado, con unos rendimientos económicos no muy altos”.

Los Juegos Olímpicos

Barcelona no se entiende sin ese récord de Tokio, el atletismo navarro no se entiende sin ella.

Goya Ferrer pudo competir en Barcelona 92 en la prueba de 4X400. La cita en Cataluña supuso un antes y un después en el olimpismo y en el deporte español. Una cita inolvidable que Goya vivió desde dentro, participando y disfrutando. Barcelona no se entiende sin ese récord de Tokio, el atletismo navarro no se entiende sin ella.

Correr en Barcelona 92 fue muy especial.

Fue muy especial, competir en casa siempre lo es. A la expedición española nos trataron muy bien. Cuatro años antes empezamos a planificar. Y la realidad es que hasta que no te dicen que estás en las listas pasa muchos nervios, hay mucha tensión. Hay compañeras tuyas que se han quedado fuera, que han entrenado como tú, que han estado como tú y no participan.

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