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Desde Automóviles Marco Tudela, nos invitan a revisar nuestro coche ahora que llega el otoño

Entrevistamos a José luís Marco

Javier Pérez-Nievas

Tudela - Publicado el

4 min lectura

      
      
             
      

De la misma manera que hay que revisar nuestro vehículo en verano para prevenir posibles averías a causa de las altas temperaturas, con la llegada del otoño, debido a las lluvias, la niebla y el hielo, es necesario preparar nuestro coche pare evitar los posibles efectos adversos de esta estación.

Realizar una revisión al vehículo antes de que lleguen las lluvias y las heladas es muy importante. Así, se podrán mejorar las condiciones de nuestro coche en carretera.

Aunque después del verano consideremos que éste está en perfecto estado, el clima en otoño resulta más peligroso en carretera, por lo que debemos acudir al taller para que revisen ciertos aspectos de la mecánica de nuestro vehículo.

El objetivo es asegurarnos de que todo funciona de manera correcta en nuestro vehículo y por tanto, que podemos conducir con confianza sean cuales sean las condiciones climáticas del día.

Qué es necesario que revisen en el taller

Al acudir al taller, debemos asegurarnos de que los mecánicos revisen estos ocho aspectos de nuestro vehículo, para que nuestra circulación sea lo más segura posible en esta estación.

      
      
             
      

Luces: es importante que funcionen en cualquier época del año, pero sobre todo en otoño e invierno donde, no sólo son menos las horas de luz, sino que también las posibilidades de lluvia aumentan notablemente y las luces de nuestro vehículo son de gran utilidad. Se han de revisar los faros, las luces traseras, las de estacionamiento, las de freno y los intermitentes. Esta revisión se puede hacer sin acudir al taller, pidiéndole ayuda a alguien que nos indique si las luces de nuestro vehículo funcionan correctamente. Además de ser peligroso que éstas no funcionen, es motivo de multa de 200 euros el hecho de llevar algún faro delantero fundido.

Luna térmica trasera: este apartado es importante. Así como las luces de nuestro vehículo se pueden comprobar en cualquier época del año, este complemento de nuestro vehículo sólo es necesario cuando las lunas del coche se empañan y esto sucede cuando la temperatura exterior es más fría que la interior. El problema de esto es que no nos percatamos de la avería hasta que necesitamos emplear la luna térmica trasera, por ello es necesario acudir al taller para que la revisen.

Neumáticos: el dibujo de estos debe tener, tanto por ley como por seguridad, al menos 1,6 mm de profundidad. Si es menor, se recomienda sustituirlos por unos nuevos. También es recomendable cambiarlos cada cuatro años, aunque el dibujo permanezca con la profundidad exigida por ley ya que si la goma se endurece puede perder hasta un 60% de su eficacia. Es importante además, revisar su presión mensualmente. Los neumáticos son importantes para evitar deslizamientos en los días de lluvia.

      
      
             
      

Escobillas: la función de éstas es limpiar completamente el parabrisas. En otoño, con las lluvias, es importante que éstas cumplan su propósito de manera correcta, de tal manera que el agua no impida la visibilidad en nuestros desplazamientos. Visualmente, se ha decomprobar que la goma no está cuarteada y que barren correctamente el parabrisas. Se sabe si están bien cuando no dejan rastros de suciedad y no suenan más de lo normal. Durante el verano, a causa de las altas temperaturas, las escobillas han podido quedar en mal estado.

Cambiar el aceite: ésta es una acción que se puede llevar a cabo sin necesidad de acudir al taller. Se ha de hacer con el coche en frío y aparcado en plano. Para su cambio se ha de extraer la varilla medidora que han en el motor. Para medir si el nivel es correcto, se ha de introducir la varilla y comprobar que la marca se encuentra entre el máximo y el mínimo. Si el aceite no se cambia, la mayoría de los coches tienen un avisador en el cuadro de instrumentos que se ilumina si el nivel baja demasiado.

Batería: en épocas de frío, en ocasiones, resulta complicado arrancar el coche. Para no encontrar dificultades, lo mejor es contar con una batería completamente cargada. Ésta, además, se ha de cambiar cada cinco años.

Líquido refrigerante: éste se encarga de mantener el motor a una temperatura constante, que ha de rondar entre los 90 y los 92 grados centígrados para un funcionamiento correcto. Si este está en buen estado, será más fácil circular con nuestro vehículo será más fácil. Además, gracias al líquido refrigerante funciona la calefacción en nuestro vehículo. Se ha de añadir este ya que no es recomendable añadir agua. Se ha de cambiar cada dos años, siempre con el motor en frío.

Inspeccionar debajo del capó: es importante que se haga en un taller, ya que los mecánicos podrán así identificar signos de desgaste o piezas que sea necesario cambiar o arreglar. Éstas pueden ser fugas, grietas o abrazaderas. También conviene revisar las correas de transmisión y reemplazarlas si es necesario.