micología

Ángel Hermoso, guía micológico: "Para no masificar los bosques, tenemos que restringir los pases diarios”

Ha habido importantes brotes de setas y hongos en distintas zonas de Navarra en este inicio de otoño

Fermín Astráin

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Con la llegada del otoño y habiendo bastante humedad en los bosques navarros, en cuanto hay un poco de sol y temperaturas templadas, tenemos brote de boletus y también de seteros en los montes navarros. Estamos ya en época de setas y además, con fuerza. 

Ya hay un brote importante en el valle de la ulzama y ya se ha visto mucha gente en estas últimas semanas. Hay un brote “interesante” han salido “con fuerza”. Lo cierto es que, según indica Ángel Hermoso, guía micológico del parque de la Ultzama, “los hongos no están en todas las alturas, en todas las laderas y en todos los lugares del bosque”. Hay que hay un paseo y buscar, pero “ha habido muchos hongos”. Ahora ha bajado un poco el brote “porque ha venido mucha gente” y porque ha hecho algo “más de frío”.

Mucha gente ya se ha acercado a los valles navarros a por hongos y a por otro tipo de setas. Por ello, distintos valles ya han decidido restringir los pases que se otorgan para los aficionados a recolectar las setas. Pero, ¿cómo se hace? Existen unos pases por temporada y otros pases diarios, que son los que se restringen dependiendo de la afluencia. “La cantidad de pases anuales de este año ha sido bastante elevada, Nosotros contamoscon que hay una gran cantidad de gente que ya tiene ese pase y que viene al parque a recolectar, y cuando hay una fructificación medio alta, entendemos que para no masificar los bosques, tenemos que restringir un poco los pases diarios”.

Además, de restringir los pases en ciertos días, Ángel Hermoso solicitaba un poco de cudiado a todos aquellos que se acerquen a los montes a por hongos o setas. Hay que tener respeto y un poco de cabeza. “Que vengan con cesta o con unas mochilas también seteras, con su navaja y, sobre todo, evitar bolsas de plástico. Se trata de venir, disfrutar y darse un paseo. Hay que intentar no alejarse demasiado de caminos por si acaso, para no perderse. Y bueno, también recomendamos las visitas guiadas para gente muy novata”

Papel fundamental en los ecosistemas

La biodiversidad de estas especies es enorme, mucho mayor que las plantas vasculares. Así, existen cuatro especies de hongos más que de plantas. Hoy se sabe que la mayoría de hongos comestibles están presentes en todas las comunidades autónomas del conjunto de España, entre ella Navarra, y ello está ocasionando numerosos abusos en la gestión de nuestros bosques y setales, según asegura Julen Rekondo, Premio Nacional de Medioambiente.

Hay que destacar y rescatar del olvido un gran reino de la naturaleza con el que convivimos. Se trata del reino Fungi, nombre científico, que conforman un taxón o grupo, entre los que se encuentran los mohos, las levaduras y los organismos productores de setas, hongos, compuesto por unas 69.000 especies descritas en el mundo, aunque las estimaciones rozan los 1,5 millones, que se ampliarían hasta los 3 millones si se consideran los hongos asociados a los insectos.

Estas cifras se calculan por un trabajo realizado en las islas Británicas en el que se concluye que hay unas 4 especies de hongos por cada planta, aunque esto no se cumple en zonas tropicales, donde deberíamos multiplicar esta relación por ocho.

Los hongos juegan un papel muy importante en la naturaleza. Se estima que el 80% de las plantas vasculares están asociadas a hongos sin los cuales no resistirían ciertas inclemencias del tiempo, como la sequía o la falta de nutrientes en el suelo, o serían más sensibles al ataque de bacterias o insectos.

Estas interacciones entre organismos también son vitales para los propios hongos. Posiblemente haya hongos que no den sus frutos si no están asociados a bacterias.

La paleomicología es la ciencia que estudia los fósiles de hongos. Un estudio de Taylor en 1994 sobre el Silúrico, Pérmico y Carbonífero pone de manifiesto que posiblemente la colonización de la tierra firme por las plantas no hubiese sido posible sin la ayuda de los hongos, que se instalaron de forma simbionte en las raíces incipientes de estas plantas primitivas y les ayudaron a obtener el agua y minerales que ambos absorbían con más facilidad en los océanos.

Se estima que la mayor parte de los microorganismos que viven en el suelo son hongos. De hecho, se han realizado recuentos que arrojan cifras entre 20.000 y un millón de individuos fúngicos por cada gramo de suelo.

La península Ibérica es una de las zonas más ricas en cuanto a las especies de árboles que componen sus bosques, en especial si los comparamos con los bosques nórdicos, casi monoespecíficos, con casi solo abetos y abedules. La misma situación se da en la cantidad de hongos que habitan nuestros ecosistemas.

Recolección descontrolada

La recolección de setas silvestres es una afición y una profesión que da sustento a muchas personas del mundo rural en España. Hoy en día se sabe que la mayoría de hongos comestibles están presentes en todas las comunidades, y por supuesto, en la navarra. Esto ha desencadenado que se recolecten de forma comercial, desigual y desordenada, en unas zonas y otras. La excesiva presión recolectora de unas especies concretas está dando lugar a abusos en la gestión de nuestros bosques y setales. Cada vez se recogen ejemplares más jóvenes e inmaduros, se remueve el terreno rompiendo el micelio de los hongos. La normativa reguladora se va afianzando cada vez más, para tratar de evitar el saqueo que se ha producido en distintos lugares.

Tenemos el caso de nuestra vecina Francia, con mucho todavía más tradición recolectadora que aquí, donde existen registros de las cantidades de setas que se recogían desde principios del siglo XX. Las gráficas arrojan datos de una disminución del 80%. Esto es debido a la gran presión recolectadora.

En algunas comunidades autónomas existe una regulación, ante los abusos que se dan a la hora de recoger setas y hongos, y es que cada vez hay más personas que salen sin ningún control y conocimiento. Es el caso de Navarra, Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Euskadi....

Algunas normas de comportamiento

La recogida indiscriminada de setas es una práctica habitual en los bosques, quizá ahora algo menos, lo que provoca un reguero de devastación del medio natural. Muchas veces hemos oído que “hay gente que hace auténticas barbaridades”. Es verdad, que siempre queda un regusto amargo cuando se tiene la sensación de que se intenta poner puertas, o cerrojos o cotos al campo, pero la situación se había vuelto insostenible. Muchos aficionados han convertido lo que debía ser un pasatiempo en negocio, a lo que se han sumado avances como el GPS. En los últimos tiempos, cualquiera que frecuente los montes hemos podido ver a cuadrillas peinando zonas enteras y esquilmándolas de setas. Por no hablar de los “profesionales” que se desplazan desde diferentes lugares y con los que me he topado en más de una ocasión.

A la hora de recolectar setas y hongos, una cosa muy importante es cómo hacerlo. Las batidas a rastrillo o la recogida de ejemplares cada vez más pequeños impiden que los ejemplares puedan soltar sus esporas. Esto acarrea consecuencias “desastrosas”, ya que impide que se complete el ciclo vital de la reproducción. Ante esta situación muchas sociedades micológicas ya han tomado medidas y aconsejado a sus socios una recogida más selectiva.

Se aconseja llevar la típica cesta de mimbre antes que un cubo de plástico. Las setas se airean y se conservan mejor. El colmo del lujo es una cesta con tapadera y compartimentada, que permite además clasificar las setas. Deben quedar proscritas las bolsas de plástico. En éstas, las setas pueden romperse con facilidad y, lo que es aún peor, se echan a perder enseguida. El exceso de humedad favorece la proliferación de bacterias y de mohos que, además de descomponer las setas, pueden generar sustancias tóxicas.