MUNDO RURAL

La imperiosa necesidad de tener un coche para vivir en el mundo rural: "Es una cárcel"

La vida en el mundo rural tiene diferentes problemas, uno de ellos es la movilidad. Tener coche se presenta como imprescindible

Alberto Sanz

Pamplona - Publicado el

5 min lectura

La vida en el mundo rural: aire puro, tranquilidad, conexión con la naturaleza y... malas comunicaciones. Problemas para llegar con carreteras y problemas con las telecomunicaciones por las coberturas. Es cierto que se van poco a poco mejorando, pero queda camino por recorrer, nunca mejor dicho.

La vida en el mundo rural ofrece muchas ventajas, como la tranquilidad, la cercanía con la naturaleza y una calidad de vida que muchos buscan para escapar del ritmo frenético de las ciudades. Sin embargo, quienes viven en estos entornos también enfrentan una serie de desafíos que dificultan su día a día. Uno de los problemas más evidentes es la conectividad, tanto a nivel de infraestructuras de transporte como en términos de acceso a internet y telefonía móvil. Estas carencias limitan el desarrollo de las zonas rurales y afectan a quienes deciden apostar por una vida más tranquila lejos de los grandes núcleos urbanos.

Las conexiones por carretera son una de las principales barreras. En muchos pueblos, las vías que los conectan con ciudades cercanas están en mal estado o no han sido modernizadas en décadas. Esto no solo genera problemas de movilidad, sino que también aumenta los tiempos de viaje y la peligrosidad de los trayectos, especialmente en invierno o en condiciones meteorológicas adversas. La falta de una red de transporte eficiente limita el acceso a servicios básicos como la educación, la sanidad o el trabajo, lo que contribuye a la despoblación, ya que las nuevas generaciones buscan mejores oportunidades en zonas urbanas.

El acceso a internet es otro de los grandes retos en el ámbito rural. A pesar de los avances en conectividad digital, muchas localidades siguen sufriendo problemas de conexión o tienen velocidades de internet muy inferiores a las de las ciudades. Esto afecta tanto a los negocios locales como a los trabajadores que necesitan estar conectados para desempeñar sus labores. 

En un mundo cada vez más digital, la falta de una conexión rápida y fiable limita las oportunidades de desarrollo económico y social, y supone un obstáculo para quienes desean teletrabajar desde el campo o emprender en negocios que requieren una buena infraestructura tecnológica.

Por último, la cobertura telefónica sigue siendo un problema en muchas zonas rurales. Hay áreas donde las señales de telefonía móvil son débiles o inexistentes, lo que dificulta las comunicaciones básicas, tanto en situaciones cotidianas como en casos de emergencia. 

La falta de cobertura limita la vida social y el acceso a servicios digitales, que dependen en gran medida de los teléfonos móviles. Este conjunto de dificultades sigue siendo un reto pendiente para mejorar la calidad de vida en el mundo rural y frenar la despoblación, un problema que requiere más inversión y planificación por parte de las administraciones públicas.

TESTIMONIOS

En este cuarto capítulo escuchamos a Germán Martínez, Alfonso Echávarri, Felix Bariáin, Mabel Cañada, Cristina Lanciego y Patricia Pareja

Capítulos anteriores

Episodio 1 - Julen Rekondo, Susana Arizcun, Cristina Tabernero y Javier Iborra LEER Y ESCUCHAR

Episodio 2 - Antonio Teruel, Belén Compains, Fernando Garrido y Marta Eslava LEER Y ESCUCHAR

Episodio 3 - Nacho Zarranz, Joaquín Sevilla, María y Carlos Medrano LEER Y ESCUCHAR

GERMÁN MARTÍNEZ

Germán Martínez, párroco de más de 60 localidades de Tierra Estella, explica cómo es la vida en el mundo rural, con sus grandes ventajas y problemas.

Mabel Cañada

Mabel Cañada, Presidenta Consejo Lakabe, explica las peculiaridades y necesidades del mundo rural.

ALFONSO ECHÁVARRI

Alfonso Echávarri, psicólogo y biólogo, explica la salud mental en el mundo rural.

FELIX BARIÁIN

Felix Beriáin, presidente de UAGN, explica los problemas que tiene la vida en el mundo rural.

raíces

“El Proyecto Raíces consiste en asistir con asesoría jurídica en materia de extranjería a inmigrantes en sus procesos de regularización y posteriormente, por medio de sinergias con Ayuntamientos y otros programas sociales, favorecer su inserción laboral y el comienzo de una nueva vida en municipios rurales de la llamada España vaciada”, explica Cristina Lanciego en COPE Navarra.

Raíces está integrado en la Asociación Kaioa Sin Fronteras y acaba de abrir su primera oficina en Pamplona. Según explica María Cristina Lanciego, comenzarán a trabajar con los inmigrantes y el acceso a puestos de trabajo en pueblos con mayor índice de despoblación. “El proyecto contempla acompañar y asesorar a estas personas. En la mayoría de los casos, los procesos de regularización son costosos para ellos. Además, impartimos formación para favorecer su integración y romper barreras culturales”, explica. “Queremos también cambiar la percepción en ocasiones negativa de los inmigrantes que llegan a un nuevo país dispuestos a trabajar y ganarse la vida. Promover su independencia económica, más allá de las ayudas del Estado, favorecer su integración social y cultural; dando la oportunidad a estos inmigrantes de ser agentes productivos para el país”, añade María Patricia.

Facilitar la regularización de los inmigrantes que llegan a España y favorecer su integración en la sociedad e inserción laboral, a la vez que contribuir a paliar los problemas de despoblación de la España vaciada. Esos son los dos ejes en los que gira el Proyecto Raíces, impulsado por María Cristina Lanciego, natural de Pamplona y alumna de 6º del doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales y María Patricia Pareja, estudiante de 4º del grado en Gestión Aplicada-Applied Management, procedente de Cartagena de Indias, en Colombia. 

Recientemente, el proyecto se ha clasificado entre las 10 mejores iniciativas de impacto social de España, en el concurso nacional Desafío Ashoka Changemakers. El certamen está impulsado por Ashoka España, organización de referencia internacional en el campo del emprendimiento social, Bridge For Billions e IKEA, dentro de su Plan Allen. Después de cinco meses de formación por parte del equipo Ashoka, María Cristina y María Patricia han puesto en marcha su proyecto.

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