TODOS LOS SANTOS

Las tradiciones que no queremos perder en el Día de Todos los Santos

Las costumbres a la hora de acudir al cementerio y gastronómicas típicas que todavía se mantienen

Fermín Astráin

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

El Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre, es día de visitar a nuestros seres queridos que ya no están entre nosotros, es momento de bajar a los cementerios a visitarles. Son días de mucha afluencia a los camposantos y, por tanto, hay que tener paciencia y hacer caso a lo que nos dicten desde las distintas policías. 

Este año, de nuevo, en Pamplona se va a dar preferencia de acceso desde la calle Biurdana. De ahí se podrá acceder hasta que el aforo lo permita. “Habrá un control y cuando ya ese aforo esté completo, lo que se hará es seleccionar un poquito a esas personas mayores que no pueden acceder, que tienen más dificultad. Y también repartidores de floristerías”. La salida se va a realizar todo todo por el camino de Miluce, es dirección Barañáin.

Policía Municipal aconseja ir andando o utilizar el transporte urbano. Se ha habilitado una parada cerca del cementerio.

Por otro lado, Alberto Araiz en Estella, ha indicado alguna curiosidad del cementerio de Estella. “La inscripción del frontispicio: 'Nosotros somos lo que vosotros seréis; vosotros sois lo que nosotros fuimos'”. Alberto Araiz aconseja visitar el panteón de los generales carlistas o el pabellón de personalidades ilustres de la ciudad, como Gustavo de Maetu y su familia. O incluso lápidas curiosas: “Como padre, un ejemplo; como marido, un ejemplar”.

Por estas fechas, todavía se guardan muchas tradiciones. Aunque cada vez se impone más la calabaza, los disfraces, el truco o trato y los sustos de Halloween, lo cierto es que nuestra cultura tiene ritos y tradiciones bien bonitas que, no se pierden. La primera, la de las velas, la de aportar velas al cementerio. Joaquín Donézar es el único cerero del norte de España y el único confitero y cerero de España. Desde 1853 en la calle Zapatería. “Para los faroles, suelen ser las lamparillas de semana. Cirios de 10 de diámetro por 50. O velas de 7 de diámetro por 56, que son velas ya de cierto porte. Y para la Noche de Ánimas, pequeñas lamparillas”.

Además de velas, también es costumbre y tradición, llenar de flores las lápidas y las tumbas. Limpiar y poner bien bonito el lugar donde están enterrados nuestros seres queridos. Marta Guillén, desde Floristería Jesús Guillén. “Hoy en día, hay mucho crematorio. A la hora de llevar flores al pequeño columbario, llevan un pequeño detalle. En los pueblos, se sigue más con la tradición. Y en Pamplona, en los nichos, también. En crisantemos es típica la maceta”.

      
             
      

Pero no todo es visitar a nuestros fallecidos y honrarlos con flores y velas. También hay una importante tradición gastronómica. Todavía se siguen demandando los huesos de santo, aunque en menor medida, y los buñuelos, que son los reyes de esta época. Miguel Zabaleta desde Pastelería Gelé, llevan un cuarto de siglo haciendo estos buñuelos. “Hay tradición con los huesos de Santo, pero lo que más se demanda estos días son los buñuelos. Empezamos una semana antes a exponerlos, aunque el día fuerte es el 1 de noviembre. Y los huesos, sí que hay un público fiel a ese producto que le gusta mucho, que es un poquito un entrante a la Navidad. Es un mazapán relleno de yema, de chocolate, de avellana, de pistacho....”

En Pastelería Gelé hacen entre 30 y 40 kilos de buñuelos estos días.

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