Elizalde:"La visibilidad de la fe en la calle es importante, pero los jóvenes tienen pocos recursos"

Vitoria celebra La Blanca y el 5 de agosto es el Día grande de sus fiestas, muy madrugador. A las 7 de la mañana la jornada comenzaba con el Rosario de la Aurora que porta la imagen de la Virgen desde la Iglesia de San Miguel.

El obispo de Vitoria ha acompañado a los fieles, entre ellos jóvenes con un "sentimiento auténtico" que luego no culmina en una "vida cristiana". No van a misa, ha observado en COPE Euskadi Juan Carlos Elizalde, quien ha manifestado que esa religiosidad en las fiestas excede a lo que se aprecia el resto del año en las parroquias.

"Es un toque agridulce" con el que lidia en La Blanca el obispo, en quien anida la "esperanza" al ver que "las raíces están vivas". "El reto es encauzar esto".

"Esa visibilidad de la fe en la calle es importante y yo creo que el resto del año hay un pudor terrible. Un joven en Vitoria tiene pocos recursos para vivirlo en cuadrilla con amigos, los jóvenes van donde hay jóvenes", ha reflexionado Elizalde en nuestros micrófonos.

Huir de derrotismos

Este año se confiesa “muy relajado” ya que le ha tomado el relevo en los actos principales el Nuncio Apostólico, el representante del Papa en España. La presencia de Bernardito Auza es la gran novedad de La Blanca, es la primera vez que las fiestas cuentan con la presencia del Nuncio y Elizalde lo interpreta como "una caricia del Papa Francisco a la Diócesis y a nuestra tierra”.

En la Homilía de la Misa Pontifical, más abarrotada de lo habitual, Auza ha centrado su mensaje en la Virgen y ha pedido creer, no hacer solo el propósito.

"En las horas que llevo entre vosotros ha llegado a mi corazón el cariño que profesáis a la Virgen Blanca. Me alegra haber aceptado la invitación del obispo, que, como embajador del Santo Padre en España, está siendo una grata ocasión para conocer esta porción del Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Vitoria”, ha celebrado.