PRIMER EVEREST VASCO

Tximist, a 300 metros de la cumbre más alta del mundo en 1974: “No habría pasado”

Txomin Uriarte, uno de los 14 montañeros de la primera expedición vasca al Everest, presenta la exposición que rememora en Vitoria aquella aventura 50 años después

Elisa López

Vitoria - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El viento a 8.000 metros de altura es ensordecedor. Y muy peligroso. Fue el culpable de que la primera expedición vasca al Everest, Tximist, no se convirtiera en la sexta en el mundo que hacía cumbre.

El 13 de mayo de 1974 el grupo que había salido de Vitoria en febrero se quedó a trescientos metros de alcanzar la cima más alta del planeta, con una altitud de 8.848 metros. Eran 14 montañeros y 2 cineastas acompañados de 300 porteadores y 50 sherpas de altura, y el nombre de la expedición, Tximist, se debía a las célebres pilas que se fabricaban en Oñati, en la empresa Cegasa de Juan Celaya, que corrió con todos los gastos.

¿A cuánto ascendió la factura, con qué material fue este equipo, cundió la frustración en el grupo? Son algunas de las preguntas que tienen su respuesta en la exposición que se puede visitar en la sala Amárica de Vitoria hasta el 29 de septiembre.

Parte de la muestra sobre Tximist que se puede visitar en VItioria

Parte de la muestra sobre Tximist que se puede visitar en VItioria

Piolets como paraguas

Más respuestas aún tiene Txomin Uriarte, uno de los alpinistas de Tximist, quien cuenta a COPE Euskadi que Juan Celaya no era un apasionado del monstañismo en concreto, lo era de la “cultura y el patrimonio vascos”. Poner una ikurriña en la cima del mundo era importante para él, así que según regresaron a Euskadi les hizo pedir de nuevo los permisos que les permitirían culminar la aventura con éxito en 1980.

La factura de la primera tentativa ascendió a 13 millones de pesetas. El reto de encontrar al inversor estaba solucionado de partida. La siguiente dificultad eran los permisos, solo se concedían dos al año. Txomin fue el encargado de viajar a Asia para cumplimentar parte de la complicada burocracia.

En esta misión no se escatimó en nada, tampoco en material y se adquirió “lo mejor” del mercado. "Los piolets parecían paraguas”, explica Txomin, quien recuerda también lo penosas de las comunicaciones. El contacto con las familias era por carta cada 15 días.

Piolets de 1974

Piolets de 1974

Sin previsiones meteorológicas

Las previsiones meteorológicas no existían como tal, no había partes más allá de un pequeño avance para el día siguiente que daba radio Delhi "si conseguías sintonizarla".

En esas condiciones Angel Rosen y Felipe Uriarte hicieron noche a 300 metros de la cima. Estaban convencidos de que lo lograrían, pero el fuerte viento se lo impidió. Pusieron por delante volver con vida a casa. La "seguridad" y la "solidaridad" fueron valores fundamentales de aquella expedición, sin anteponer la aventura.

“No, absolutamente no”, responde tajante Txomin Uriarte cuando le preguntamos e si hubo frustación.

Descubre al equipo de la expedición Tximist

Descubre al equipo de la expedición Tximist

"Se murió haciendo cola"

Txomin lamenta que hoy en día “el mundo de la empresa” y los intereses económicos haya irrumpido en el montañismo. Advierte que ahora hay gente que se muere “haciendo cola”.

Txomin UIriarte, en el centro, uno de los 14 montañeros de Tximist

Txomin UIriarte, en el centro, uno de los 14 montañeros de Tximist

“Un sherpa se resbaló a 8.300 metros de altura y murió, nadie la ayudó, pasaron al lado suyo los de la empresa que había contratado. Esto en nuestro tiempo no habría pasado”. En 1974 la expedición Tximist era la única en el campamento base, pero ahora se acumulan miles de personas allí. Este año ha habido 650 expediciones.

'Expedición Tximist 1974 al Everest, 50 años después' es la exposición con maquetas, fotografías, equipamiento y recuerdos de esa ascensión que permite acercarnos a una gesta que abrió el camino al tan reputado alpinismo vasco y que reivindica sus valores: espíritu de aventura, solidaridad y seguridad.

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