DÍA VETERANOS
“A la plaza de toros hay que darle uso durante las fiestas”
Los blusas y las neskas con más experiencia viven su día grande en el tramo final de La Blanca
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los blusas y neskas más experimentados viven hoy su día grande en las Fiestas de la Virgen Blanca. Los miembros de esta cuadrilla que les agrupa una vez al año se han calzado las abarcas y vestido sus trajes para disfrutar de su jornada festiva con una alegría contagiosa y una energía que para sí quisieran otros festeros más jóvenes.
En un momento de su apretado programa, han sacado tiempo para compartir con COPE sus vivencias. Carmela y Tomás han cuestionado la “razón de ser” de un paseíllo que va una plaza de toros “sin uso” y han pedido al ayuntamiento que la llene de contenido “al menos en fiestas”. “No hace falta que sea con espectáculos taurinos”, nos han dicho, y han sugerido actividades deportivas o incluso de circo, como alternativas.
Programa festivo
Los veteranos han madrugado para vivir unas fiestas que han comenzado temprano, a las nueve de la mañana con la emotiva misa que acoge la iglesia de San Miguel; una ceremonia celebrada en la capilla de la Virgen Blanca llena de emotividad, en la que se han escapado algunos suspiros y lagrimillas por quienes ya no están.
La misa ha sido la antesala al aurresku y la ofrenda floral ante la hornacina de la patrona de Vitoria, aunque esta vez también ha habido aurresku en el interior del templo. Acto seguido, han repuesto fuerzas con unas “rosquillas riquísmas” y un vinito moscatel.
Después de cumplir con la patrona, unos han optado por participar en las dianas y pasacalles, otros por retomar fuerzas con el almuerzo de choripan y a partir de ahí se han distribuido por distintos puntos de la ciudad.
Un punto fuerte es la comida, también compartida en cuadrilla, tras la cual han encabezado un paseíllo que pone a prueba su resistencia.
Historia de una tradición
La historia de este día de fiestas se remonta al 25 de julio de 1977, cuando a Javier Cameno, presidente de los Celedones de Oro, se le ocurrió proponer la inclusión en el programa festivo de un día especial para quienes echaban de menos anudarse el pañuelo, ceñirse la faja y calzarse las abarcas. Ese año salieron más de 500 blusas veteranos.