Mikel Merino: «Lo que más echo de menos es la pelota. El balón es lo que me ha acompañado toda mi vida»

Desde el salón de su piso y con el espacio que utiliza cada día para ejercitarse, así confesó Mikel Merino a Juanma Castaño las dificultades con las que trabaja durante el confinamiento. «Vivo en un piso y no tengo mucha amplitud para moverme. Nos mandan ejercicios con recursos limitados: botellas de agua, garrafas, tiras, una bici… Sí que hago ejercicios para sudar y mantenerme en forma, pero no es ni parecido a lo que hacemos en el día a día entrenando». Una de las cuestiones que más preocupa al centrocampista es el sobrepeso. «El objetivo es no coger unos kilos que otra de mis aficiones está siendo cocinar y al final eso pasa factura. Hemos hecho canelones, tartas… Por eso estoy haciendo doble e incluso triple sesión porque también hemos hecho algún bizcocho que no se si van a estar contentos en la Real».

Espacio para la frivolidad en momentos dramáticos, pero también necesarios para poder sobrellevar la pandemia por la COVID-19. «A veces da un poco de corte hablar de fútbol con las cosas tan importantes que están pasando en la actualidad. Pero uno tiene que buscar ilusiones que le hagan ser feliz y ver la luz al final del túnel» 

«El fútbol nos hace a todos felices y nos hace ilusionarnos cuando hablamos del futuro. Ahora estamos valorando todavía más la posibilidad que teníamos antes y que igual no valorábamos: poder vivir el fútbol, los estadios, los partidos, saludar a tus compañeros…»

Desde luego, el parón de Liga no llega en un buen momento para la Real, que dejó el campeonato de Liga en cuarta posición y la final de Copa en la final. «Más allá de la faena para todo el mundo, para nosotros no era el momento más indicado para que pasase esto. Pero es lo que toca en este momento. Cuando toque volver hay que volver con la misma energía y la misma racha», prometió el 8 de la Real.

La previsiones estiman que se pueda retomar la actividad del campeonato nacional de Liga en el mes de julio, a lo que el pelotero comentó: «Tiene pinta de nos va a tocar jugar en esas fechas, y si es la alternativa es lo que hay que hacer. Al final somos profesionales y tenemos que hacerlo cuando nos toque. Obviamente, no es lo que querríamos a principios de temporada pero es lo que va a tocar. Y si toca hacerlo lo vamos a hacer con la máxima ilusión». La final de Copa, cuando sea, pero con público

Todo parece indicar que también habrá que esperar para que se dispute la ansiada final de Copa del Rey ante el Athletic Club en La Cartuja de Sevilla. Y todo apunta a fechas de calurosas o incluso a ya entrado el próximo otoño. Se como fuere, Merino es «partidario de esperar. Una final es una fiesta para celebrar entre aficiones, es un momento histórico que mucha gente no ha vivido en su vida. Le da un extra a la rivalidad, a la emoción de una final. Ya no solo por nosotros, sino por los aficionados. Tiene que haber gente. Y si hay que esperar para que se juegue, yo creo que hay que esperar», apuntó.

Echa de menos la pelota

Es la herramienta con la que un futbolista trabaja a diario, y por mucho ejercicio que se haga en el domicilio, nada puede sustituir a una pelota, y menos para alguien que la ha tenido como compañía toda su vida. «A parte de la familia y de estar con mis seres queridos cerca lo que más echo de menos es la pelota. El balón es lo que me ha acompañado toda mi vida no he estado un solo día sin poder tocarlo, sin salir a dar unas patadas. Y al final es lo que hacemos todos los días los futbolistas. Vida humana entre nosotros, el vestuario», se lamentó el jugador.

Malabarismos con su novia

Un vídeo de Mikel Merino y su novia haciendo un ejercicio casi circense se convirtió en viral en las redes sociales. Cuando Juanma Castaño le hizo referencia a la dificultad, el navarro reconoció las virtudes físicas de su compañera. «Más mérito tiene ella… La verdad es que elegimos un ejercicio complicado. Buscábamos uno original. Pero fue una y no más porque la espalda sufre. También te digo que no fuer el primer intento, las que hicimos mal no las pusimos».