REAL SOCIEDAD

La Real Sociedad camina hacia la deuda 0

El club donostiarra lleva varios cursos aseando sus cuentas para regresar a la solvencia económica

Jokin Aperribay llegando a la última Junta General de Accionistas de la Real Sociedad

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Actualmente la Real Sociedad luce con orgullo un superávit de más de 7 millones de euros y un presupuesto de 112. Sus fondos propios ascienden a 65 millones de euros y el patrimonio neto a 85,3. Según los datos de la LFP el club txuri urdin manejaba a 30/6/2019 una deuda neta de 19,67 millones de euros, muy lejos de los 522,24 del Atlético de Madrid o los 291,60 del Valencia. 

Jokin Aperribay: «Tenemos una Real solvente, consolidada y ambiciosa. No tenemos que ponernos límites, solo tenemos que merecer ganar».

Pero hace doce años, casi todo sonaba a disolución. Solo con la Hacienda Foral de Gipuzkoa, el club donostiarra llegó a tener una deuda de 21,8 millones de euros. Y sí, leído ahora parece calderilla, pero en aquellos tiempos de combustión, sin patrocinadores multimillonarios y en pleno descenso a Segunda, significó una dificultad extrema.

En febrero de 2018 la Real Sociedad hizo público un comunicado en el que informaba de que se saldaba la deuda con la institución foral guipuzcoana, anticipando los préstamos participativos consignados para los próximos 20 años. Esa maniobra le permitió en su día prorrogar la deuda entre 25 y 30 años y computarla como capital/patrimonio, regateando así la temida liquidación de uno de los nueve campeones de Liga.

Comunicado íntegro de la Real Sociedad

"Ante las informaciones aparecidas en diversos medios de comunicación, la Real Sociedad de Fútbol SAD manifiesta lo siguiente:

1.- La Hacienda Foral de Gipuzkoa realizó en 2008/2009 una inspección fiscal a la Real Sociedad.

2.- La situación tributaria de la Real Sociedad queda regularizada como consecuencia de la mencionada inspección. Desde 2009, la Real está cumpliendo con sus obligaciones tributarias así como con las obligaciones de pago derivadas de la mencionada inspección.

3.- La Real Sociedad reitera su total y permanente disposición a colaborar con la Hacienda Foral de Gipuzkoa sobre cualquier cuestión que se derive de estas informaciones.

4.- La Real Sociedad lamenta verse involucrada en informaciones relativas a cuestiones que ya trascendieron, se asumieron y se resolvieron en 2009.”

Para los más críticos todavía queda sin ejecutar un acto moral que no recoge la Ley de Sociedades, pero que significaría un gesto a la altura de una entidad ejemplar. Nada menos que reponer el daño a los autónomos y a las pequeñas y medianas empresas castigadas por la incómoda quita, motivada por el concurso de acreedores, a su vez engendro de una gestión deficiente. Quizá invertir más de 60 millones de euros en un estadio de propiedad municipal tenga algo que ver con ese retorno de afecto a la comunidad. También es verdad que la licencia de uso y disfrute de la propiedad inmobiliaria no tiene coste y que todavía está por ver el beneficio de la explotación del estadio para las relucientes arcas del club txuri urdin.

«Jokin Aperribay: «La reforma del estadio es la piedra angular para construir una Real más sólida, más fuerte y más capaz»

El pasado dejó atrás la estela de tres durísimas campañas en Segunda División, con hasta seis presidentes en solo cuatro años y mucha batalla colectiva entre trincheras. Pero también muchos millones de euros entre traspasos y rescisiones: Griezmann (30 millones), Illarramendi (32), Claudio Bravo (12 millones), Seferovic (3,2), Finnbogason (4), Jonathas (7), Yuri (13), Vela (5) o Iñigo Martínez (32).

En 2013 se desató el nudo del concurso de acreedores y la Real Sociedad volvió a volar relativamente sola, sin más tutela que la de sus dueños, los accionistas. Eso sí, controlados en gran medida por un pequeño grupo de dirigentes bien posicionados. A esa selecta oligarquía, en gran medida, le corresponde el éxito de aproximarse cada vez más a la deuda 0. Solo ellos disponen de los recursos necesarios para alcanzar de nuevo la solvencia: relaciones, poder e ilusión.