El burro de las Encartaciones, fundamental para el medio ambiente

Cada 17 de enero se celebra San Antón y la tradición manda bendecir a los animales. Hoy son más mascotas domésticas que animales dedicados a la agricultura los que reciben la protección del Santo. Los más habituales son los perros y los gatos, pero también hay otras especies como los burros, de los que últimamente se habla más como animal de compañía.

En Euskadi tenemos una raza autóctona, el burro de las Encartaciones. En COPE hemos hablado con la Federación vasca de criadores de este animal cuya principal característica es su pequeño tamaño. Miren, la responsable del criadero de Álava, explica en nuestros micrófonnos que máximo mide 1,24 cm lo que le permite adaptarse al "entorno oreográfico vasco, al monte, y realizar una labor muy importante como es la medioambiental con el control del pasto y la maleza".

700 ejemplares

La Federación vasca del burro de las Encartaciones la integran desde hace 6 años las tres asociaciones que había en cada territorio y ahora tienen unos 700 ejemplares. Miren celebra que en Álava han pasado de 33 animales a 300, aunque el burro de las Encartaciones está en "estado crítico de extinción".

Estos animales que crían en los tres territorios vascos se los compran sobre todo agricultores, bien para mantener a raya los pastos y como compañía, bien para ayudar a la preservación de la raza y criarlos también. "Es un animal muy fácil en el carácter y en el manejo muy sencillo, así que quien tiene un pastizal opta por el burro de las Encartaciones", señala Miren, quien aclara que no es un animal apto como mascota doméstica, no lo ve en el "jardín de un chalet".

El burro es uno de los animales que han recibido este mediodía en Urkiola, donde se ha celebrado la primera de las bendiciones previstas hoy en Euskadi por San Antón. Varias parroquias harán lo propio a las 5 de esta tarde como es el caso de la parroquia de San Pedro en Vitoria, donde por primera vez no habrá un cerdo para benedecir antes de la rifa de productos ibéricos que sí mantiene el Ayuntamiento de la capital alavesa.

Aún se mantiene viva la tradición que impulsaron los franciscanos en la etapa colonial.