"Mi madre, aunque años después, murió como consecuencia del asesinato de mi hermano"

El hermano de Margarita Bilbao murió al estallar una furgonate bomba con 60 kilos de amonal

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

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Jaime Bilbao Iglesias era el responsable de la sección de largometrajes de RTVE. La noche del 22 de noviembre de 1988 volvía a casa de sus padres, donde vivía con otra hermana más pequeña, cuando la banda terrorista ETA hizo estallar una furgoneta bomba cargada con más de 60 kilos de amonal y 40 de metralla a la altura de la sede de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid.

La explosión afectó de lleno a su vehículo causándole la muerte en el acto. “En casa escuchamos la explosión y enseguida supimos que era una bomba. Mis padres pusieron la tele y vieron el coche destrozado de mi hermano. Así nos enteramos” recuerda Margarita Bilbao hermana de Jaime.

El atentado provocó además la muerte de un niño de dos años, Luis Delgado Villalonga, que viajaba en otro vehículo, y causó heridas a 88 personas entre miembros de la guardia civil y transeúntes.

Margarita reconoce que a pesar del tiempo transcurrido desde la muerte de su hermano, el atentado no es algo de lo que hablen el resto de hermanos, “cuesta”.

La muerte de Jaime les cambió la vida, hay un antes y un después, “es todo más triste” asegura Margarita quien lamenta que su madre muriera también “como consecuencia del atentado. Falleció siete años después pero estoy convencida de que lo hizo por todo el dolor sufrido”.

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Margarita recuerda a su hermano Jaime con un “serio gracioso” con mucho sentido del humor. “Se metía a todo el mundo en el bolsillo” aunque en cara era “un poco mandón” al ser el mayor de los hermanos.

Pasado el tiempo, Margarita ve con indignación e impotencia como quienes hasta no hace mucho defendían este tipo de acciones terroristas estén ahora sentados en las instituciones aunque reconoce al mismo tiempo que “las víctimas no tenemos que marcar la agenda política”. El problema es, dice la hermana de Jaime, que “han dejado de matar pero siguen siendo los mismos”.