Paqui Hernández: "Durante cinco años mis hijos perdieron a su padre y a su madre"

La viuda de Eduardo Puelles lamenta que los asesinos de su marido ya estén libres

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

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Eduardo Puelles, natural de Baracaldo, Vizcaya, era el máximo responsable de la lucha antiterrorista de la Policía Nacional en esta provincia. Bajo su mando, la policía consiguió un buen número de éxitos policiales en la lucha contra ETA como la desarticulación del comando Bizkaia.

El 19 de junio de 2009, Eduardo se levantó temprano como hacía cada día, se preparó, le dio un beso a su mujer y salió de casa. Al entrar en su vehículo hizo explosión una bomba lapa que la banda terrorista ETA había colocado.

Al poco tiempo, su esposa escuchó la explosión. “Fue horrible, horrible. Enseguida presentí que había sido él el que había fallecido en la explosión” cuenta Paqui Hernández en esta entrevista.

El día a día para Eduardo, pero sobre todo para Paki, no era fácil. “Yo tenía miedo” reconoce Paqui sin embargo te vas acostumbrando. No te quitas el miedo, pero sí empiezas a pensar “¿por qué me va a tocar a mí?”.

Paqui Hernández junto a su marido, Eduardo Puelles

No era agradable vivir en aquella situación en la que la presión obligó a Eduardo a no contar a nadie, ni siquiera a su familia salvo a su mujer, el puesto que ocupaba y el trabajo que realizaba en el seno de la Policía. “De hecho, cuando mi hijo mayor se enteró de que su padre era policía ya era bastante grandecito”.

Eduardo y Paqui evitaban tener que dar explicaciones a nadie para evitar así que “te pusieran una diana”. De hecho, los hijos del matrimonio nunca contaron en el colegio que su padre era policía nacional. “Yo les decía que no lo dijeran para evitar problemas”. Vivir en Baracaldo era muy, muy complicado recuerda Paqui, a pesar de que los dos tenían familia en el pueblo. En alguna ocasión la mujer de Eduardo le había dicho de marcharse de allí en el momento en que su nombre apareciera en alguna lista.

Tras el asesinato de Eduardo la situación fue horrible. Paqui reconoce que se quedó tan destrozada que no era ni persona. “Durante los cinco primeros años, mis hijos perdieron a su padre, pero también a su madre. Y eso es muy duro, pero yo no podía ayudar a mis hijos”. Eduardo era para sus hijos un pilar fundamental, estaban muy apegados y compartían mucho con él. Cada poco tiempo a Paqui le llegaban comentarios de sus propios vecinos deseando que se marchara del pueblo. “no me he ido, ni me iré. A mí de aquí no me mueve nadie” asegura de forma tajante Paqui que reconoce que todavía hay gente en el pueblo que le mira mal. “A mi esta gente me da igual, pero me indigna” reconoce.

El asesinato de Eduardo Puelles tiene además otra de esas etiquetas que supone un plus de dolor añadido. Puelles fue la última víctima mortal que causó ETA en el País Vasco antes de anunciar que dejaba de asesinar. “Yo me alegro de que no hubiera más, pero siempre te queda la cosa de por qué no terminaron antes” reconoce Paqui con resignación.

Otra de las cosas que duele, asegura la viuda de Puelles, es saber que los asesinos de su marido ya están en la calle, “ellos ya pueden ver a sus familiares y yo, ¿a dónde voy a ver a mi marido?,¿por qué ellos tienen ese derecho y yo no?, se pregunta.

Eduardo Puelles era una persona sencilla que vivía para su trabajo y su familia, una persona que si podía hacerte un favor te lo iba a hacer, recuerda su mujer.

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