"Es doloroso que no se quiera reabrir los casos, que no se quiera saber la verdad"
Angel Altuna se culpó durante años por no haber estado junto a su padre la noche que ETA lo asesinó
Santander - Publicado el - Actualizado
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Los casos de ETA cerrados en falso y dejados sin resolver por parte de la justicia superan los 300. Atentados con unas muy deficientes diligencias policiales y casi nulas judiciales que, en muchas ocasiones, quedaban cerrados a las 24 o 48 horas de que la banda terrorista cometiera la acción.
Este fue el caso del asesinato del policía nacional Basilio Altuna el 6 de septiembre de 1980. Casado y padre de 4 hijos, disfrutaba de una noche de fiestas en Erenchun, Álava, cuando un miembro de ETA-pm se le acercó y le disparó un tiro en la nuca. Murió en el acto mientras la confusión entorno al cadáver servía al asesino para escabullirse sin dejar rastro.
En diciembre de ese mismo año, el sumario estaba cerrado. “Es decepcionante que nadie quiera revisar, reabrir, decir la verdad de lo que fue la disolución de ETA-pm como algo ejemplar cuando en realidad lo que se hizo fue contar con el silencio de las víctimas y ayudar a los etarras a dejar las armas cerrando los casos en falso” asegura Ángel Altuna, uno de los hijos de Basilio que tenía 17 años aquel 6 de septiembre.
Ángel recuerda perfectamente lo ocurrido y durante años se ha culpabilizado de ello. Aquel día, Ángel tenía que haber ido con su padre a las fiestas de Erenchun, pero se acercó a la estación de tren de Miranda de Ebro, donde habían quedado, y le dijo que no iba a ir, que se quedaba con unos amigos. “Me ha perseguido durante años la idea de que, si hubiera estado con él, igual hubiera podido hacer algo, ver la pistola en la mano del terrorista...” dice Ángel.
Eran años duros en los que las muertes se sucedían a diario, recuerda Ángel a quien viene a la cabeza como ETA asesinó también al conserje de su colegio porque lo confundió con un exguardia civil. “Vivíamos rodeados de asesinatos, siendo policía seguramente mi padre pensó en alguna ocasión que le podía tocar a él”.
Y le tocó. Un asesinato que de la noche a la mañana convirtió de golpe a un joven en adulto.