"Quería pensar que todavía me miraba, pero no era cierto"
ETA disparó a José Luis Caso varios tiros en la cabeza. Su mujer llegó a verlo tendido en un gran charco de sangre
Santander - Publicado el - Actualizado
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José Luis Caso nació en Comillas en 1933. Siendo muy joven su familia se trasladó a vivir a Irun y allí desarrolló toda su vida. Trabajó en los Astilleros Luzuriaga de Pasajes, conoció a su novia Juani Pérez con quien se casaría años después y con quien tuvo dos hijos. Siempre le gustó la política hasta el punto de ser uno de los fundadores de Alianza Popular en el País Vasco. Hasta después de jubilado, siguió ejerciendo esa pasión de servidor público a través de la política cercana. En 1995 es nombrado concejal del PP en el Ayuntamiento de Rentería.
Eran años en los que ETA había iniciado una campaña de acoso y persecución a los cargos populares de ahí que Juani le pidiera abandonar el País Vasco. “Le dije de irnos a vivir a algún pueblecito de la costa alicantina. A él le gustaba pescar” recuerda su viuda con nostalgia.
Caso nunca quiso llevar escolta, la aceptó durante unos meses, pero “jugaba con él al escondite, para eso era mejor no tenerla” dice Juani. José Luis Caso, de una profunda convicción religiosa, estudio en el seminario de Comillas para ser sacerdote, nunca hubiera admitido que por su culpa otro niño hubiera perdido a su padre en un atentado terrorista.
A José Luis, le gustaba tomar un último “pote” antes de subir a casa en el bar Trantxe. Aquel 11 de diciembre de 1997, un terrorista le esperaba dentro. Al verlo, se dirigió a él y sin mediar palabra le disparó en la cabeza. Cayó muerto en un gran charco de sangre. “Cuando me avisaron del bar y bajé, allí estaba, en el suelo en medio del charco de sangre. Me dio la sensación de que me miraba, pero no era así” cuenta Juani en esta entrevista.
Juani no perdona. “Cómo voy a perdonar una cosa así que ha tenido consecuencias terribles para toda la familia”