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Un nutricionista de Cartagena advierte del riesgo de eliminar este alimento fresco de la dieta por la inflación: "Desequilibrio"

Víctor Serrano ofrece algunas alternativas para que al cuerpo no le falten nutrientes fundamentales

Maite Fernández

Murcia - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Los malabares que se hacen para ahorrar dinero ante los altos precios de los alimentos no solo afecta a los bolsillos de gran parte de los españoles, sino que modifica la forma de comer de muchas familias y no precisamente a mejor. Todo lo contrario.

Por un lado, se buscan las ofertas y eso baja la calidad de los productos que se ponen en la mesa, pero en un segundo momento se dejan de comer ciertas comidas en la proporción en la que se acostumbraba y eso también influye en el capítulo de la salud.

Así lo ven con preocupación los expertos en nutrición. El cuerpo necesita unos nutrientes para estar en equilibrio y dejando de comer ciertos productos, la dieta no es la idónea para un buen funcionamiento de cuerpo y mente.

La carne y el pescado, dos ejemplos

No es una cuestión de productos especiales, sino de productos necesarios y básicos. Víctor Serrano, dietista y nutricionista, reconoce el origen económico del problema. "La Inflación por los altos costos de producción, la subida de piensos o de combustible, han hecho que suba la carne y pescado en comparación con otros alimentos y eso ha llevado a que se reduzca su consumo".

Y da un dato todavía más concreto. "La carne ha aumentado de promedio un tres con 3 %, salvo la de cerdo, que es un 5 % el incremento que ha tenido y el pescado ha elevado su precio en torno a un 3,5%", indica el experto, que teme las consecuencias.

Son dos alimentos con una importancia nutricional clave. "Se trata de proteína de alto, valor biológico, incluyen vitaminas tipo B y D, zinc, minerales y omega tres". Advierte que poseen todos los aminoácidos esenciales que los músculos necesitan para mantenerse o crecer en el caso de los más pequeños o los deportistas. También ayudan a regular el funcionamiento de ciertas hormonas, por lo que no pueden eliminarse.

La frecuencia con la que se ingieran este tipo de productos es importante y Serrano ofrece la más adecuada para conseguir llevar una alimentación sana y completa. "Las carnes rojas, con moderación, deberían tomarse 2 o 3 veces a la semana. Hablamos de la ternera, el cordero o casi todas las partes del cerdo".

COPE

Imagen de una comida en un restaurante

"En el caso del pescado, sobre todo el azul, lo ideal sería tomarlo dos veces a la semana."  En el caso de quienes hayan reducido a una las raciones de pescado, el nutricionista se posiciona en los que se deberían escoger. "El salmón es una opción. Lo ideal serían los pequeñitos, porque tienen menos metales pesados como el mercurio".

Algunas alternativas asequibles

Las sardinas o el boquerón también estarían entre sus prioridades. El atún sin abusar, y restringir más el emperador, que es el que más mercurio tiene. Entre las carnes, valora la ternera y el cordero por su alta aportación de hierro. "Hay que evitar los embutidos como la longaniza o la salchicha".

Planteado y analizado el problema, además de la recomendación, el experto considera algunas alternativas asequibles al bolsillo para hacer que no se pierda demasiado en esta lucha contra los altos precios, aunque no son sustitutivos de la carne o el pescado. "Podemos ayudar con legumbres (soja, lentejas con arroz), huevos, tofu o  pescados enlatados."

La única parte buena del alto coste de productos viene nutricionalmente en los productos procesados como los dulces, que recomienda utilizar nada o muy excepcionalmente.

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