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Tras la pandemia la salud mental en los niños ha empeorado de forma grave

El psicólogo y educador Javier De Haro reconoce que cada vez hay más procesos de ansiedad y depresión y cómo actuar para mejorar esa situación

Maite Fernández

Murcia - Publicado el

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Hay miles de factores que pueden llevar a  un niño a no sentirse plenamente bien. Igual que se pone el foco en lo físico, hay que prestarle mucha importancia al capítulo anímico, porque cada vez hay más menores que sufren problemas de salud mental.

Lo primero tiene que ser observar a los pequeños y tomarlos en serio. Es el consejo que ofrece el psicólogo y educador Javier De Haro. "Se ha demostrado que es súper importante en la infancia a la hora de prevenir dificultades asociadas a la salud mental, escucharles y pasar tiempo con ellos".

 No son solo problemas de adaptación, de atención o para relacionarse. El experto advierte del incremento de casos de depresión y de ansiedad. "Sí, y además lo que comentas, desde hace un par de años, desde la pandemia, la prevalencia de los trastornos no genéticos, como la depresión, la ansiedad, los trastornos de alimentación han aumentado, pero de una forma notable, y trastornos que empezaban antes, a los 15, 16, estamos viendo que cada vez el inicio es más precoz".

El primer consejo llega antes de la aparición del problema. "El prevenir y el ayudar a que nuestros niños puedan estar bien es vital. Hay cuatro factores muy, muy importantes. Por un lado, se estaba estudiando si los modelos familiares, los modelos, las pautas que tenemos en casa influyen, y sí por supuesto que un estilo demasiado autoritario o un estilo demasiado permisivo no son positivos, pero más que eso se ha demostrado que lo que está afectando es la falta de tiempo con nuestros hijos".

No vale cualquier rato. " Pasar tiempo con ellos, pero al 100% es muy importante para poder escucharles. Otro segundo factor es que nos acostumbramos a que cuando hay un problema lo guardamos en un cajón y oye, si no se ve, no se siente, y todo lo contrario. Es bueno que hablemos con nuestros hijos".  

COPE

Educador y psicólogo

De Haro reconoce que el tercer factores es un mal de la actualidad como las pantallas y su uso inadecuado. " Al coger el móvil o la tablet le estamos dando una puerta a un montón de información que no están preparados ellos para poder asumir. Por ejemplo, el acceso a la pornografía que estamos viendo que llega a los 8 o 9 años. Muchas veces no porque la busquen, sino porque acaba encontrándoles a ellos.  

Este mal uso afecta en muchos capítulos a la autoestima. "Le dan mucha importancia a la aceptación de los demás. Pasan a tener unos cánones de belleza que son irreales, que no existen, por así decirlo".

Provoca también más agresividad e impulsividad. Hay un factor clave. "Cubrir las necesidades básicas, el poder descansar y el poder comer bien. 

También hay señales de alarma que pueden visibilizar esos problemas. "Lo primero es que hay que poder verlo. Hoy en día los papás y yo también me pongo en el saco, por así decirlo, vamos tan acelerados con mil cosas que sí, los miramos, pero no los vemos. Estamos  pendientes del móvil, estoy pendiente de las responsabilidades. Hay días que no tenemos tiempo ni para jugar con ellos, pero hay que sentarse diez minutos y que nos cuenten".

Recomienda observar detenidamente los cambios en el comportamiento y  que interfieren con su día a día. "Irritabilidad, problemas de sueño, desmotivación, pérdida de ganas de hacer cosas. Son especialmente graves cuando  se mantienen en el tiempo impiden que el peque sea feliz y pierde su esencia". Ahí, se debe acudir a un profesional e intentar ver qué es lo que está pasando.