El comercio de "toda la vida" se acerca a los más pequeños de Lorca

Comprar en el comercio local tiene múltiples beneficios, tanto para la economía de la comunidad como para el bienestar de sus habitantes. Algunas de esas ventajas son el Impulso a la Economía local, la reducción del impacto ambiental, ya que disminuye la necesidad de transporte y, por ende, las emisiones de carbono. Además, la producción suele ser más consciente y en menor escala, generando menos residuos y promoviendo prácticas sostenibles.

También ofrece productos en comercios locales que suelen ser de mayor calidad y tienen un toque único. Al no depender de cadenas de distribución masiva, se fomenta la artesanía y la diversidad en las opciones de compra, con artículos que se ajustan más a las necesidades específicas de la comunidad. Las tiendas locales suelen promover relaciones cercanas con los clientes, favoreciendo la cohesión social. Estas relaciones personales generan confianza y un sentido de pertenencia, algo que grandes cadenas no suelen ofrecer.

En resumen, optar por el comercio local es una decisión que aporta a una economía más fuerte, sostenible y humana, y que fomenta un entorno de cohesión y riqueza cultural en la comunidad.

Por ese motivo, para acercar el comercio más local, se utilizan una serie de actividades como son las Ferias y mercados temáticos, las campañas de concienciación o eventos con la comunidad.

Esteo último es  lo que se ha hecho desde el gobierno regional, acercar el pequeño comercio el comercio de cercanía a los niños y niñas de Lorca. De esta manera, durante octubre y noviembre, los escolares están asistiendo a jornadas en las que visitan las zonas comerciales de sus respectivos municipios, conociendo de primera mano las características, las potencialidades y qué ventajas y beneficios se obtienen cuando se compra en el comercio local.

El proyecto ‘Érase una vez un comercio’ se desarrollará hasta final de noviembre y, en esta primera edición, participan alumnos de los centros educativos Andrés Baquero, Cierva Peñafiel y San Pablo, de Murcia; Mastia, Santa Joaquina de Vedruna y Vicente Ros, de Cartagena; y Casa del Niño, Madre de Dios y San Francisco de Asís, de Lorca.