La sentencia de la Gürtel deja al PP sin gobierno

La sentencia de la Gürtel deja al PP sin gobierno

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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Pese al conflicto catalán, Rajoy vivía una Legislatura razonablemente estable. Incluso logró aprobar los presupuestos de 2018, tirando de chequera para contentar a vascos y canarios. Un paso importante para que el mandato, el más convulso de la Democracia, siguiera adelante. Si bien Ciudadanos remontaba en las encuestas (algunas incluso le daban como primera fuerza en intención de voto), los rivales de Rajoy por la izquierda no daban síntomas suficientes de mejora como para constituir una alternativa seria de Gobierno tras un hipotético adelanto electoral, con el PSOE relamiéndose de las heridas que habían dejado las primarias y un Podemos que parecía conformarse con el “sorpasso” a los socialistas.

Pero el 24 de mayo de 2018, el panorama político español dio un giro de 180 grados, con la sentencia del caso Gürtel, en la que la Audiencia Nacional condenó a 51 años de cárcel a Francisco Correa y a Luis Bárcenas, pero también al PP, como beneficiario de este “sistema de corrupción institucional.” Uno de los fallos más duros que se recuerdan en casos de corrupción. Los efectos fueron inmediatos. Al PP le situaban tercero en intención de voto en las encuestas, y Pedro Sánchez decidió aprovechar la coyuntura para presentar una moción de censura. Hasta ahora, la única moción que prospera en España, gracias al apoyo que dieron a Sánchez Podemos y los independentistas vascos y catalanes.

El todavía presidente del Gobierno amagó con dimitir. Finalmente se negó y acabaría por perder el Ejecutivo el 1 de junio de 2018 tras siete años en La Moncloa, uno de ellos en funciones. De esta manera se ponía fin a la carrera política de Rajoy. Una figura del que los suyos resaltan su pragmatismo político, mientras sus detractores le responsabilizan de haber desarmado ideológicamente a la formación. En lo personal, los que más le conocen le definen como sarcástico, de fino sentido del humor y campechano.

Con estas palabras abandonó el estrado del Congreso: “Ha sido un honor ser presidente del Gobierno y dejar una España mejor que la que encontré. Ojalá mi sustituto pueda decir lo mismo en su día.” La tarde del día anterior, mientras se debatía la moción, se encontraba en un restaurante cercano, al lado de la Puerta de Alcalá. Quizá allí anunció a sus íntimos que también dejaría la presidencia del PP.