Qué opina COPE de: el Gobierno de Pedro Sánchez

Descubre alguna de las líneas editoriales más importantes de COPE durante este 2020 sobre el Gobierno de Pedro Sánchez

Gobierno de Pedro Sánchez

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

7 min lectura

El Gobierno de Pedro Sánchez ha sido durante este 2020 protagonista de mucha de las principales noticias que han ocurrido en nuestro país. La mayoría han sido vinculadas con las decisiones que ha tomado respecto a la pandemia de la covid-19, algunas de ellas provocando cierto debate en nuestra sociedad. Pero desde el punto de vista político, el Gobierno de Sánchez también ha sido punto de debate y análisis por ciertos aspectos que han tenido una repercusión directa en el rumbo de la política de Estado y también en de la sociedad española. A lo largo de estos 12 meses, algunas de las decisiones más cuestionadas del Ejecutivo han sido analizadas en COPE.

A continuación repasamos las líneas editoriales más importantes sobre el Gobierno de Pedro Sánchez, que hacen referencia al debate de investidura del pasado mes de enero, la formación de Gobierno con Unidas Podemos, su postura inicial respecto a Venezuela y la ruptura de puentes con la oposición, sobre todo durante la vigencia del estado de alarma.

Sánchez dispone de lo indisponible (4.01.2020)

El debate de investidura que se inicia hoy ha estado precedido de una serie de cesiones que han ido mucho más allá de lo permisible. Un candidato a la Presidencia del Gobierno no puede disponer de la estructura del Estado. Sánchez se someterá a la votación del Congreso después de haber acordado un programa de Gobierno con Podemos que llevará a los socialistas al radicalismo económico e ideológico. Pero incluso eso estaría dentro del marco constitucional.

Lo que no está dentro del marco constitucional es haber aceptado, por las exigencias de ERC, la formación de una mesa bilateral entre el Gobierno de España y el Gobierno de la Generalitat como si fueran dos Gobiernos al mismo nivel. Esa mesa no tiene límite en las cuestiones que puede abordar. Se puede, en principio, llegar a acuerdos sobre la autodeterminación o sobre un referéndum de secesión. Se trata, pues, de una herramienta que puede ser utilizada para derribar la Constitución soslayando los mecanismos de la propia Carta Magna.

A esto hay que añadir que la investidura en segunda votación no será posible sin la abstención de Bildu. La mayoría en la que se va a apoyar Sánchez es tan escasa que necesita de la colaboración del partido de Otegui. Otro partido independentista que, además, nunca ha hecho una condena pública de la violencia que durante años protagonizó ETA. Sánchez ha asumido unos compromisos para seguir en Moncloa que ponen en muy serio peligro la soberanía nacional de la que es titular no un partido ni un candidato, sino el conjunto del pueblo español.

Gobierno sobre tres patas (13.01.2020)

Esta mañana ha terminado el largo proceso que Sánchez ha diseñado para la formación de su Gobierno con Podemos. Durante días hemos asistido a un goteo de nombres y ayer se realizó un anuncio oficial en Moncloa que hubiera sido prescindible, porque el presidente del Ejecutivo no admitió preguntas. Más conveniente hubiera sido que el jefe del Gabinete hubiera comunicado al Rey personalmente, como es tradición, los nombramientos.

El nuevo Gobierno es el que cuenta con más ministros de la democracia. Algunos ministerios podrían estar integrados dentro de otras carteras. En el área económica Sánchez ha designado personas que están en línea con la política sugerida por Bruselas. Es el caso de la vicepresidenta Calviño, del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González.

Pero las convicciones de estos políticos están en franca contradicción con el programa pactado con Podemos y con lo que defienden sus ministros. Por más que Sánchez asegure que el Gobierno va a tener una sola palabra, va a ser difícil superar las contradicciones. A los ministros ortodoxos en materia económica, se añaden los ministros de Podemos con un perfil ideológicamente extremo y los ministros designados por Sánchez para facilitar el entendimiento con los independentistas.

Es el caso del ministro de Justicia Juan Carlos Campo, al que se suma la nueva fiscal general, Dolores Delgado, la exministra del mismo ramo. Parece que el Gobierno nace con el objetivo de que los tribunales suavicen la respuesta al proyecto secesionista.

Vergonzoso cambio de política (13.02.2020)

La primera sesión de control al Gobierno en el Congreso ha marcado la pauta de lo que va a ser esta legislatura. La exigencia de explicaciones sobre la entrevista del ministro José Luis Ábalos con la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez en Barajas se ha encontrado con la nula voluntad de transparencia del Ejecutivo.

Sánchez no piensa rectificar sus errores y está dispuesto a llevar adelante su agenda a costa de lo que sea. Ábalos, tenso y altivo durante un bronco debate, ha querido defenderse acusando a la oposición de querer enfrentar a España con Estados Unidos, y ha encontrado la protección cerrada del presidente, a pesar de haber mentido reiteradas veces y de no aclarar cuál fue el contenido de la conversación en el aeropuerto y cuáles sus consecuencias. Pero, sobre todo, lo que no ha explicado Sánchez es la causa del cambio de la política del Gobierno de España con respecto a Venezuela.

El hecho de que el presidente se haya referido a Juan Guaidó como «líder de la oposición» supone sumarse a las tesis de Unidas Podemos, que mucho tiene que esconder cuando se habla de las relaciones con la dictadura venezolana. Un día después de que Juan Guaidó regresara a su país y fuera insultado y agredido, el Gobierno español se alinea con quienes vulneran los derechos humanos y someten a su pueblo a la miseria. Quizá las artes mediadoras de Zapatero estén produciendo también sus efectos en España.

Sánchez no tiene voluntad de acuerdo (18.02.2020)

La reunión de este lunes entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición no ha servido más que para constatar que prácticamente todos los puentes están rotos. De momento no será posible la renovación del Consejo General del Poder Judicial y de otras instituciones.

Fue muy significativo que el Gobierno, antes de que compareciera Pablo Casado, emitiese un comunicado en el que afirmaba que el PP persistía en su actitud de bloqueo. Desde antes de comenzar la legislatura, la estrategia del Gobierno de Sánchez e Iglesias ha consistido en echar a la oposición la culpa de casi todo. Y este lunes ha vuelto a suceder. Si el Gobierno quiere llegar a algún un tipo de acuerdo, tendrá que hacer gestos de aproximación.

Pablo Casado ofreció apoyo a los Presupuestos si Sánchez renuncia a la mesa bilateral con los independentistas, deja de considerar a Torra como interlocutor y no nombra a Dolores Delgado fiscal general del Estado. Son exigencias que Sánchez no va a aceptar porque forman parte del eje de su política.

De momento, el mínimo acercamiento entre el Gobierno y la oposición tendrá que esperar. Sánchez, desde que se conociera el resultado de las elecciones, ha rechazado de forma apriorística un acercamiento al PP en cualquier cuestión. Va a ser imposible acordar los necesarios cambios institucionales mientras esté viva la sospecha de que Sánchez pretende operar un cambio del sistema del 78 por la puerta de atrás.

Sánchez no puede seguir igual (04.05.2020)

Pablo Casado ha anunciado que el PP se plantea este miércoles no apoyar la convalidación de la prórroga del estado de alarma en el Congreso, pero no ha desvelado si los diputados populares van a votar en contra o se van a abstener. Parece haber dejado la puerta abierta a un «sí» si en las próximas horas se produce una corrección.

También el PNV y ERC parecen inclinarse por el rechazo. A las incertidumbres sanitarias que genera la desescalada por la falta de rastreadores y de una estrategia clara y a la tragedia económica, se suma una profunda fractura política que ha ido subiendo de tono en los últimos meses. Y esto produce inquietud cuando hay tanta tarea por delante. Hemos llegado a esta situación porque la actitud de Pedro Sánchez, que llegó el sábado a afirmar que no hay Plan B para el estado de alarma, es la que ha dominado desde principios de marzo.

El presidente del Gobierno ha tomado decisiones sin consultar con sus socios en el Congreso, con la oposición y con las Comunidades Autónomas. Las decisiones que se han ido tomando en Moncloa se han presentado como las únicas posibles, obligando a partidos, agentes sociales y Comunidades Autónomas a apoyarlas por responsabilidad. Gobierno y oposición tienen la obligación de encontrar puntos en común. Sánchez no puede seguir gobernando en solitario y la oposición tiene que plantear alternativas ordenadas y sistemáticas.

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