Sánchez dispara la incertidumbre en sus filas ante la crisis de Gobierno

Con el Presidente en Barcelona, la Ejecutiva del PSOE tampoco se reúne este lunes y suma tres semanas de silencio

Sánchez dispara la incertidumbre en sus filas ante la crisis de Gobierno

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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El Gobierno y el PSOE viven desde hace semanas de sobresalto en sobresalto. Y ya nadie puede disimular sus nervios a micrófono apagado ante la remodelación ministerial en ciernes. Todo son ahora mismo incógnitas. La desvelada pretensión de Pedro Sánchez de recuperar fuelle político con un próximo y amplio cambio del Gabinete sólo ha servido para proyectar una situación de interinidad difícilmente sostenible en el tiempo.

Si la crisis está servida, mejor pronto que tarde”. Es la conclusión que recorre ahora las estructuras del Ejecutivo y del partido frente a un Sánchez que, aunque lleva dando vueltas a su golpe de mano desde el fracaso del 4-M, parecía inclinado a esperar a finales del verano, la última semana de agosto o la primera de septiembre, para proceder a la reestructuración gubernamental. Estrechos colaboradores admiten fuera de micro que el Presidente ha recabado opiniones. Que el Presidente precipite finalmente sus pasos ya no es una hipótesis lejana que se plantea por lo bajini su dubitativo entorno, aunque siempre después de la concesión de los indultos a los líderes del procés. Esa intención sigue intacta en el orden de factores.

Y, de igual manera, la crisis del Gobierno será la antesala de los relevos a fondo en el PSOE ante el 40 Congreso Federal. De hecho, sólo repetirá, según las previsiones, una docena de los cerca de medio centenar de miembros de una Ejecutiva que lleva ya tres semanas sin reunirse y, como consecuencia, evitando comparecer ante los medios de comunicación en la sede de la calle Ferraz. En este tiempo no ha habido ninguna convocatoria de la cúpula ni su posterior rueda de prensa.

La última ocasión que un dirigente se sometió a preguntas desde la sede de los socialistas fue el pasado 17 de mayo, cuando José Luis Ábalos salió a la palestra, tras citar Sánchez a los primeros espadas de la formación, para cargar contra el PP en medio de duras acusaciones de boicot a la recuperación económica y a la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Aquel encuentro fue rutinario y nada hubo llamativo, según reconocieron desde la organización. Desde entonces, nadie ha comparecido ante los periodistas en el cuartel general del PSOE, toda vez tampoco se ha vuelto a emplazar la dirección, que normalmente congrega cada lunes a Sánchez, su vicesecretaria general, Adriana Lastra, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, y demás responsables de coordinar la acción del partido.

La decisión de Sánchez de conceder los perdones gubernamentales ha sido hurtada al debate de sus siglas. La intención del secretario general es abordar la medida de gracia ante la Ejecutiva”, llegó a explicitar su entorno sin ofrecer mayores concreciones, a pesar del desasosiego transmitido por dirigentes y, aún más, pese al desconcierto y el rechazo instalados entre la militancia. Todos ellos habrán de tragarse su alarma. Al pairo de los acontecimientos y, peor aún, al albur de las pautas de ERC. Así se sienten barones del PSOE.

La crítica abierta ha sido minoritaria, pero en ningún caso la disconformidad velada ante un movimiento de alto voltaje del líder. La Ejecutiva Federal, en plena cuenta atrás hacia su disolución, queda aplazada al menos una semana más, toda vez el presidente del Gobierno comprometió su presencia en Barcelona al acto de entrega de la medalla conmemorativa del 250 aniversario de Foment del Treball a Javier Godó, en reconocimiento a su trayectoria empresarial como presidente del Grupo Godó. En esa cita, Sánchez coincidirá con Pere Aragonés y ello tras su conversación telefónica de 40 minutos del viernes que arrojó el compromiso de verse antes de fin de mes en La Moncloa.

Para apuntalar la idea de que la cita se desarrolla por pura normalidad institucional, Sánchez ya ha cerrado un encuentro con el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, el próximo 17 de junio, y está a la espera de la investidura de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid para hacer lo propio y ello podría materializarse la última semana de junio. Nada es casual en la sala de máquinas de La Moncloa. Entretanto, va a seguir la gestión ante la opinión pública de las medidas de gracia que han acaparado casi en exclusiva, además del mismo Sánchez, Carmen Calvo, y el propio Ábalos, en una clara tentativa de fijar el rumbo ante su enésima cesión a los separatistas.

Lanzado en su “agenda del reencuentro”, el Presidente ha buscado grabar su mensaje, “explicar” a la ciudadanía el relato y por qué ha llegado a la decisión de otorgar los perdones. Tratar de fijar en el español de a pie, en definitiva, una idea que remacha con insistencia, la de su voluntad de dejar atrás el desgarro del golpe del 1-O y abrir una “nueva etapa” en Cataluña.

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